A partir de hoy, los ciudadanos australianos nada más podrán pescar los vapeadores, o cigarrillos electrónicos en las farmacias. El país ha endurecido la reglamento sobre estos dispositivos, de forma que solo podrán conseguir a ellos los mayores de 18 primaveras, la concentración de tóxico tendrá que ser más depreciación, y aquellos que los vendan en establecimientos no regulados se podrán enemistar a multas millonarias e incluso la prisión. De esta forma, Australia se sitúa en la vanguardia en materia de reglamento.
Según informa el medio ‘The Guardian’, ahondando poco más en estas medidas, tanto la fabricación, como el suministro, la posesión comercial, y la publicidad de los cigarrillos no terapéuticos y desechables quedarán prohibidos, de modo que su comercialización se limitará a las farmacias. De igual modo, se reforzarán los controles sobre la cantidad de tóxico que contienen, y se buscará hacerlos menos atractivos simplificando su embalaje, y limitando su número de sabores a tabaco, mentol y menta.
Todos los estados que conforman Australia se han comprometido a aplicar esta reglamento.
Reino Unido prohíbe los vapeadores de un solo uso
Cada vez más países se están uniendo a esta tendencia. A principios de año el gobierno anglosajón de Rishi Sunak anunció una serie de medidas que buscaban organizar que los jóvenes se engancharan al ‘vaping’, una experiencia que se ha disparado en los últimos primaveras.
Adentro de estas acciones se encontraba la prohibición de los vapers de un solo uso, caracterizados por venderse en paquetes pequeños y coloridos y que resultan más atractivos para los menores. Otra de las medidas que tomaron en consonancia con los australianos fue la aprobación de normas para restringir la publicidad y la liquidación los vaporizadores a los menores.
Todavía habrá sanciones más duras para los comercios que incumplan la ley y vendan vapeadores a menores, y se impedirá el acercamiento de estos a otros productos con tóxico.
Según datos de la ONG Ash, el 7,6% de los niños y adolescentes entre 11 y 17 primaveras usan regularmente los cigarrillos electrónicos, casi el doble que en 2020, cuando el porcentaje era de 4,1%. Estos dispositivos contienen tóxico y otras sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para el organismo. Encima, se ha demostrado que pueden ser una puerta de entrada al tabaquismo tradicional.
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