La reglamento sobre la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Valencia no se aplicará de forma definitiva a los residentes en la ciudad hasta el 1 de enero de 2028. El Consistorio ha previsto un calendario de implantación progresiva que deja todo 2025 para resistir a término una «etapa informativa» sin multas. A partir de 2026, los vehículos sin epíteto ambiental de fuera de la provincia serán sancionados al entrar en la hacienda del Turia, mientras desde 2027 siquiera lo podrán hacer aquellos que no residan en Valencia.
Por consiguiente, se pondrá coto a los turismos, motocicletas y ciclomotores más contaminantes, los A, que carecen de distintivo de la DGT. En caso de aplicarse hoy, según los cálculos del consistorio, la medida afectaría a solo el 8% de los vecinos de Valencia, una guarismo que se habrá pequeño en cuatro primaveras. En ese momento, no podrán circular los coches de gasolina con más de 27 primaveras de decrepitud, 22 en el caso de los de gasóleo. No obstante, los vehículos de autónomos y pymes, así como los de personas con discapacidad, embarazadas, familias numerosas o con menores de tres primaveras estarán exentos.
Con ello se rebusca «proteger los derechos económicos» y «sociales» de la ciudad y no penalizar a las rentas bajas. Así lo ha detallado este lunes el concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, a posteriori de que la Asamblea de Gobierno Nave aprobara el paño del texto que regula estas zonas. Todas las localidades de más de 50.000 habitantes están obligadas a implantarlas, como indica la norma estatal, que contempla multas de 200 euros para las infracciones graves. Para atender su cumplimiento se van a instalar 278 cámaras de tráfico.
Dos zonas delimitadas
La norma define dos zonas para aplicar estas medidas anticontaminación. La primera, «más laxa», albarca toda la ciudad: desde la Ronda Boreal, la Ronda Sur, Serrería y la avenida de los Naranjos en dirección a el interior.
La otra, «más estricta», engloba el Ámbito de Prioridad Residencial de Ciutat Vella, que «conserva los criterios existentes en la presente y sobrepone los de la ZBE genérica». «No van a poder entrar vehículos de fuera de la ciudad con epíteto A, pero siquiera los vehículos de epíteto A de los vecinos van a poder circular», ha concretado Carbonell.
El equipo de la alcaldesa María José Catalá ha decidido articular una norma «blanda» al entender que Valencia «cumple los límites de contaminación». De hecho, el concejal ha puntiagudo que aquellos que tengan prohibido transitar por la ciudad, podrán hacerlo durante 48 días al año -«una vez a la semana»- con el permiso municipal correspondiente y viajarán arbitrario en la EMT durante dos primaveras.
Sumando a los residentes y a los no residentes, actualmente 36.000 vehículos –el 44% del total que circula por la ciudad– incumplirían la norma, según los estudios del Consistorio. En cualquier caso, en los próximos meses los usuarios podrán consultar en la web municipal con su matrícula si están afectados o no por las excepciones previstas, para las que se confeccionará un registro municipal. Encima, se prevé habilitar aparcamientos disuasorios en las entradas a Valencia.