Cuando el profesor de la Universidad de Córdoba (UCO) José Antonio Riquelme y su equipo de investigación comenzaron a examinar hace dos abriles los fondos del Museo Arqueológico de Mingrana observaron un resto óseo que por su tamaño y morfología se distinguía de los demás. La dormitorio había sido excavada en la cueva granadina de la Carigüela en 1954 y durante 70 abriles ha pasado inadvertida por la sencilla razón de que nadie, hasta ahora, la había revisado con detenimiento.
Según ha informado este martes la Universidad de Córdoba, lo que el investigador tenía entre sus manos entonces «ha resultado ser un fragmento de húmero distal perteneciente al veterano depredador del Pleistoceno», una mole que podía alcanzar los 400 kilos y que campó a sus anchas por buena parte de Eurasia hasta que el gran Evento de Cese del Cuaternario borró de la faz de la Tierra a dos tercios de los grandes mamíferos del planeta.
El hallazgo acaba de ser publicado en la revista científica ‘Journal of Archaeological Science: Reports’. La comparación morfométrica del fósil con otro hallado hace abriles en Francia de características similares ha podido certificar, que, efectivamente, «se manejo de una dormitorio perteneciente a un bizarro cavernario adulto, lo que supone la segunda relato comprobada de este animal por debajo del paralelo 38, una recorrido que en España atraviesa la Región de Murcia, Andalucía, La Mancha y Extremadura», ha subrayado la UCO.
El único ejemplar pasado hasta la data bajo estas latitudes se descubrió en Solana del Zamborino (Mingrana) en 1988. Desde esta época no se había vuelto a registrar ninguna evidencia de un bizarro de las cavernas en Andalucía.
La excepción nevazón
Encima, mientras que la dormitorio descubierta en la período de los ochenta data de hace 300.000 abriles, la encontrada ahora, según las dataciones realizadas por uranio-torio, tiene una decadencia de 145.000 abriles, «lo que supone la relato más nuevo de este gran mamífero en el sur de España», han auxiliar desde la institución académica.
Adecuado a su acoplamiento a las bajas temperaturas, la presencia de esta especie de bizarro fue mucho más mucho en el boreal de la Península Ibérica, en donde las glaciaciones del Pleistoceno golpearon con más contundencia. De hecho, la veterano parte de registros fósiles de este animal provienen de la cornisa cantábrica.
Ahora, este hallazgo aporta información valiosa sobre la distribución y dispersión de este animal. Tal y como ha explicado el profesor Riquelme, responsable del liga ‘Investigación en Capital Patrimoniales’ de la Universidad de Córdoba, «la presencia en el sur peninsular de las cordilleras Béticas y especialmente Sierra Nevasca provocó que en épocas de frío intenso estas especies encontraran su hábitat adecuado y ampliaran geográficamente su espacio».
«En momentos de glaciación todo el dominio peninsular por encima de los 1.000 metros estuvo cubierto de cocaína», recuerda el investigador. Está es, precisamente, la mérito a la que se encuentra la cueva de la Carigüela, circunstancia del que proviene el fósil de este animal y uno de los yacimientos en España en donde aparecieron los primeros restos de neandertales.
El trabajo de investigación ha sido liderado por la Universidad de Córdoba y ha contado con la colaboración del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, (CSIC-UGR) la Sociedad de Ciencias Aranzadi (Geo-Q), el Centro Doméstico de Investigación sobre la Cambio Humana (Cenieh) y la Universidad de Sevilla.