El órgano de la catedral de Ourense, un siglo sobre el Pórtico do Paraíso


Algunos aún lo llaman el “nuevo víscera”, a pesar de que el pasado 29 de junio se cumplieron cien abriles de su instalación en la catedral de Ourense. Se le define como un víscera “romántico”, cuya estructura y forma anticipaba un cambio en la interpretación de la música religiosa. El sacerdote y cronista Iván Manuel Casas, que ha investigado la historia del herramienta, cuenta que “su presentación fue un proceso de hasta cuatro abriles. Su instalación fue casi una emergencia por el mal estado de los órganos barrocos que había entonces en el coro de la catedral, que estaba en el centro de la nave”.

El cronista todavía relata que su ubicación fue motivo de debate cuando en 1937 se decidió desmontar el coro de la catedral de Ourense, y trasladar una parte de la sillería a la capilla del Santo Cristo  y otra tras el altar viejo del templo. “Todavía estuvo en el coro de la nave central. De hecho la zona del trascoro es ahora la balaustrada que tiene actualmente”, cuenta Iván Manuel Casas. Primero se situó en un adyacente antiguamente de subirlo a su emplazamiento coetáneo, sobre el Pórtico do Paraíso, donde ha pasado los últimos 70 abriles. A este respecto, un artículo escrito por Jesús Manuel García, director de la Universidad a Distancia (Uned) en Ourense, explica que desde entonces “de caja le sirve la propia obra pétrea de la catedral. Es un víscera que permite un pericón amplio de registros. Los tubos labiales tienen dientes finos y la lengüetería, canales al estilo francés, denominado Bertouneche y todavía germánico o de sollozo”. 

Las restauración realizada por los hermanos Azpiazu. (Foto: José Manuel García)
Las restauración realizada por los hermanos Azpiazu. (Foto: José Manuel García)

Un diseño atrevido

La propia estructura del víscera fue rompedora en su día, según cuenta Casas. “No solo fue un bum estético. Es un nuevo concepto de víscera, y de lo que es su diseño, no solo exógeno, sino de estructura, lo que se pasión tripería”, comenta el religioso. “Tiene unas tímbricas muy particulares. Se hizo, sobre todo, para poder interpretar música como si fuera una banda completa”, continúa Iván Manuel Casas. “Es un víscera novedoso, atrevido… e incluso podría definirse como revolucionario”, explica el religioso. A esto hay que añadir que en su instalación colaboraron representantes de la modernidad musical del siglo XX, como cuenta Jesús Manuel García: “Su construcción fue supervisada por el catedrático del Actual Conservatorio de Madrid, Bernardo Gaviota”.

Desde su presentación a Ourense, el víscera ha estado siempre en las mismas manos. Primero en la casa Elezegaray, y posteriormente en las de sus herederos, los hermanos Azpiazu, quienes realizaron los grandes mantenimientos de 1978 y 2012, donde se revisaron las lengüetas y se retiró el óxido de los tubos, acumulado tras abriles de interpretación musical.

Un herramienta que se estrenaba con el preludio de “Parsifal” de Wagner

El primer concierto que dio el víscera centenario se celebraba un 29 de junio de 1924. La obra elegida para darle la bienvenida a la catedral de Ourense fue el preludio de la obra  “Parsifal”, una estancia del compositor germánico Richard Wagner publicada solo 42 abriles antiguamente de la instalación del, entonces, nuevo víscera ourensano.

Definida como “un festival teatral santo” por su autor, la estancia completa supera las cuatro horas de duración, y requiere una gran banda para interpretarse. El argumento discurre en España, y cuenta la historia de Parsifal, un trasunto del Mesías, y su relación con Kundry.

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