Valencia recupera su nombre en castellano y se aparta de la Generalitat por el valenciano


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La ciudad volverá al nombre bilingüe pero sin seguir la normativa oficial en valenciano que el Consell dice cumplir.

El alcalde de Valencia, Mar
La alcaldesa de Valencia, María José Catal, en un acto con la policía.EL MUNDO
  • Idioma Mazín evita un choque con la AVL pero le pide “revalenciar” los criterios lingüísticos de la Generalitat

La gestión de la cuestión lingüística siempre ha colocado al PP en una posición compleja. Hasta el punto de que, una vez que los gobiernos del Generalitat y de Ayuntamiento de Valencia, los caminos que están tomando Carlos Mazán y María José Catál son más bien opuestos. Si el jefe del Consell se ha visto obligado a reconocer la “autoridad académica y científica” de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), el alcalde de Valencia ha decidido ignorar la normativa lingüística oficial para cambiar el nombre de la ciudad.

El líder popular Ha impulsado la recuperación del nombre oficial en castellano de Valencia que había sido suprimido por el anterior equipo de gobierno liderado por Joan Rib. Para ello se ha llevado la denominación bilingüe a la Comisión de Cultura municipal. Sin embargo, la polémica ha surgido por el nombre en valenciano, ya que Vox ha reclamado que sea “Valncia” en lugar de “Valncia”, nombre protegido por la AVL como organismo reconocido en el Estatuto de Autonomía valenciano.

PP y Vox, por tanto, han acordado tramitar “Valncia”, de acuerdo “con el El Puig manda, Lo Rat Peñat y el Real Academia Valenciana de la Lenguaentre otras instituciones”, según fuentes municipales. Es decir, el Ayuntamiento de Valencia ignora el criterio oficial de la AVL, que ya dictaba que el acento era abierto y no cerrado para el nombre en valenciano. De hecho, dio el visto bueno al criterio del gabinete de normalización lingüística del consistorio, que destacó que la grafía “Valncia” era “muy minoritaria y prácticamente inexistente en los usos oficiales”.

Lo cierto es que, con el acuerdo en comisión, se inicia el trámite para cambiar el nombre de la ciudad, que en última instancia corresponde a la aprobación del Consell. Y aquí viene la paradoja, porque Mazón se reunió por primera vez esta semana con el presidente de la AVL, a quien le ha propuesto colaboración para tener en cuenta las distintas “sensibilidades” respecto al valenciano. El presidente de la AVL, Verónica Cant, pidió a su vez “lealtad institucional”. Es decir, que la Generalitat respete su “labor filológica”.

Para Compromés, el cambio de nombre va directamente en contra del Estatuto y de la ley que crea la AVL, por lo que, en su opinión, “Catal podría estar prevaricando”. Los socialistas, por su parte, han denunciado que el alcalde se ha convertido en un “rehén de Vox”, pese a que el partido de Santiago Abascal todavía no se incorpora al equipo de gobierno.

Según el portavoz socialista, Sandra Gómez, Catal “se ha sometido a las exigencias de la extrema derecha en las votaciones”. La propia Vox ha reivindicado su logro, ya que ha criticado que la alcaldesa pretendía mantener “la nomenclatura en catalán que resultaba ofensiva para la gran mayoría de los valencianos”, en palabras de su portavoz, Juanma Badenas.

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