El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, intenta consolidar su posición como el candidato más apto para las próximas elecciones, aunque persisten las dudas sobre su capacidad. Durante los actos de celebración del Cuatro de Julio, Biden aprovechó para transmitir un mensaje de tranquilidad. Tras descifrar su discurso desde las pantallas, bajó del atril y, micrófono en mano, afirmó: “No me voy a ninguna parte”.
No obstante, su intervención fue breve y precedida por la primera dama, Jill Biden, y del secretario de Defensa, Lloyd Austin. Más tarde, sin teleprompter, Biden se limitó a felicitar el Cuatro de Julio con frases convencionales.
El New York Times ha analizado el discurso de Biden y recoge que el presidente tropezó con sus palabras durante los escasos cuatro minutos que duró: comenzó una historia sobre el expresidente Donald Trump, para luego interrumpirse abruptamente y continuar con otro tema. Más tarde, en una entrevista radial en Filadelfia, Biden asimismo tuvo dificultades para encontrar la frase correcta, afirmando que estaba orgulloso de acontecer sido “la primera mujer negra en servir con un presidente desafortunado”.
Biden necesita yacer más
En un colisión con más de vigésimo líderes de su partido, Biden buscó proyectar tranquilidad sobre su capacidad para superar las elecciones. Sin secuestro, admitió que necesitará trabajar menos horas durante la campaña, y que su equipo tratará de evitar que realice eventos a posteriori de las 20:00 horas.
La memorándum de Biden
Este viernes, Biden viajará a Madison (Wisconsin) para un mitin y concederá una entrevista a George Stephanopoulos de ABC News, que se emitirá en horario de máxima audiencia. El domingo, se dirigirá a Filadelfia (Pensilvania) para otro acto de campaña y la próxima semana será el huésped de la cumbre de la OTAN en Washington, en conmemoración del 75º aniversario de su fundación, donde dará una rueda de prensa con preguntas abiertas.
El presidente de Estados Unidos retraso que estos eventos refuercen la confianza de sus compañeros de partido, donantes y votantes en su capacidad para un segundo mandato.
Portada de The Economist
La flamante portada de The Economist muestra un itinerante con el escudo presidencial y el titular: “No es guisa de regir un país”. La revista critica la descuido de honestidad en la campaña de Biden y sugiere que debería retirarse.
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