“Carne asesina”. La frase apareció pintada varias veces la mañana del martes en los alrededores del Kursaal, en San Sebastián. Tanto en la valla que flanquea la alfombra roja del 71 Festival de Cine de San Sebastián, como en algunos de los carteles promocionales, alguien escribió ese eslogan para mostrar su rechazo a la proyección del documental ‘No me llames Ternera, con la polémica entrevista al exjefe de ETA. Pese a las críticas, el documental se estrenará el viernes, coincidiendo con el día inaugural del Festival.
Será entonces cuando la prensa primero y luego el público en general podrán conocer el contenido de una de las películas más polémicas que se recuerdan en San Sebastián. En los 101 minutos que dura la grabación, el periodista Jordi Évole entrevista a Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, más conocido como Josu Ternera. Los graffitis, ahora borrados, muestran el ambiente tenso que se vive en los momentos previos a su estreno.
Para intentar apaciguar las críticas, el Festival ofreció un pase privado a víctimas y representantes de diversas instituciones y asociaciones. Uno de los que respondió a esa invitación fue Iñaki García Arrizabalaga. Profesor de la Universidad de Deusto en Bilbao, los Comandos Autónomos Anticapitalistas secuestraron y asesinaron a su padre, Juan Manuel Cordero, en San Sebastián el 23 de octubre de 1980. Desde entonces ha estado vinculado a los movimientos pacifistas del País Vasco.
En un mensaje compartido en la red social también destaca el papel “fundamental” del entrevistador que, en su opinión, “viene a acorralarlo” y exponerle sus contradicciones, aunque lamenta que “no termines” la entrevista.
Critica también que en sus respuestas Ternera “justifique lo injustificable” y utilice un doble rasero con una actitud “fría y distante” al referirse a los atentados de ETA. “Tiene una expresión, un rictus agresivo en la cara, que da miedo”, dice. Explica que llega incluso a decir “verdaderas tonterías” y que “miente” en varios puntos para “protegerse de posibles acciones legales futuras”. De ahí que entiende “lógico” que sea “hiriente” que una víctima del terrorismo le escuche. “Tiene un ego muy grande, pero a mí me parecía un personaje muy mediocre”, añade.
Sin empatía
Ante esa “empatía cero” del terrorista, que aunque se sabe derrotado, “no se arrepiente de nada de lo que ha hecho en sus 50 años de militancia en ETA”, García Arrizabalaga destaca la intervención, destaca el papel de Francisco Ruíz Sánchez, Víctima de un atentado en Ternera. Eso abre y cierra el documental. Lamenta que su intervención apenas supone el 10% del metraje total, frente a un núcleo central capitalizado por el terrorista. “Esto demuestra una dignidad humana infinitamente mayor”, insiste.
Josu Elespe también se ha pronunciado en los mismos términos en esa misma red social. Su padre era Froilán Elespe, concejal del PSE en Lasarte-Oria al que ETA asesinó en marzo de 2001. Al igual que García Arrizabalaga, cree que aunque la entrevista “no blanquea ni justifica a ETA”, lo mejor es la intervención de Francisco Ruiz .
Asegura que demuestra una “falta de inteligencia” de Josu Ternera y “mediocre”. Critica su falta de ideología y su actitud “arrogante” y lamenta “su mundo” y lamenta su discurso “unidireccional” y carente de empatía. “Si no fuera por su currículum, causaría vergüenza a los demás”, añade.
Son dos de las pocas víctimas que han aceptado la invitación para ver la película con antelación. El resto de asociaciones, como la AVT o Dignidad y Justicia, se negaron a verlo. Este último también hizo público un manifiesto firmado por 500 personas, entre las que se encontraban nombres como Mari Mar Blanco, Fernando Aramburu y Fernándo Savater, pidiendo su anulación por considerar que blanqueaba a ETA. Una petición que la dirección del Festival no ha accedido. Su primera proyección está prevista para el mismo viernes de la inauguración.