El menor de 11 años marcado con unas letras J y E en Ciudad Lineal reconoce que se lo inventó


El crío de 11 abriles que fue supuestamente afectado con las humanidades J y E en la pierna con una cortaplumas en contra de su voluntad por varios pandilleros finalmente ha obligado a la Policía que se inventó la historia, ha confirmado hoy a Europa Press una portavoz de la Dominio Superior de la Policía de Madrid.

Luego, la denuncia presentada ya no tendrá más repaso. El crío se habría afectado con un objeto punzante las humanidades él mismo o se las habrían tatuado fruto de una chiquillada consentida. Se habría inventado la interpretación de los pandilleros para evitar las reprimendas de sus familiares por las heridas.

El crío afirmó primeramente que en torno a las 19 horas del pasado sábado bajó de su casa a tirar la basura con un amigo. Entonces fue abordado por cuatro jóvenes con estética de bandas latinas, que lo llevaron a una zona apartada y le grabaron las humanidades ‘J’ y ‘E’ en el muslo de la pierna derecha con una cuchilla.

La supuesta víctima, nacido en Madrid de padres peruanos, describió a los atacantes como jóvenes de unos 16 abriles, vestidos con ropa ancha, gorras negras y grises con la inscripción ‘NY’, hablando con acento sudamericano.

Entonces, dos de los pandilleros lo sujetaron mientras otro lo amenazó y procedió a memorizar las humanidades en su muslo derecho, dejando laceraciones de 2,5 por 3 centímetros. A posteriori de tomarle una foto, los atacantes lo abandonaron. Los atacantes dijeron que no lo harían nadie más y entonces pudo marcharse y avisar a sus padres de lo ocurrido.

Sus progenitores le llevaron rápidamente a un centro de sanidad, donde le curaron y le emitieron un parte de lesiones. Tras la denuncia ayer martes, agentes de la comisaría de Ciudad Rectilíneo de la Policía Doméstico investigaron el asunto, no la Regimientos de Información, especializada en asuntos de pandilleros.

La Policía observó que el caso era raro desde un principio. Primero, porque la denuncia se formuló muy tarde, cuatro días posteriormente. Además porque el amigo que le acompañaba afirmó a los agentes que no vio nadie. Unido a que las humanidades marcadas no pertenecen a ninguna señal de ninguna pandilla. Finalmente, el crío reconoció que esa interpretación de los hechos no era la verdad.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *