El Vaticano ha excomulgado al exnuncio Carlo Maria Viganò, antiguo representante del Vaticano en Estados Unidos por un delito de cisma. Este delito hace narración a la ruptura con la mecanismo de la Iglesia. “Estas acusaciones son motivo de honor para mí”, ha respondido el miltrado italiano.
Carlo María Viganò igualmente ha llegado a divulgar en sus redes sociales que “no reconoce la autoridad del dicasterio ni de su prefecto ni del Papa Francisco, que lo nombró”. De hecho les ha llegado a mostrar de “herejía, traición y alcaldada de poder“.
Le vinculan con un delito de cisma por no inspeccionar la licitud del Papa Francisco, por desmentir los instrumentos necesarios para ayudar la comunión con la Iglesia católica y por el rechazo del Concilio del Vaticano II, lo que le ha convertido en una persona controvertida en el interior de la Iglesia.
Viganò dijo que el Concilio Vaticano II era un “cáncer ideológico, teológico, ético y solemne” y que la Iglesia Bergogliana era una “metástasis”.
A pesar de que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF, el antiguo Santo Oficio) le ha citado en numerosas ocasiones para que tomase conciencia de las acusaciones y las pruebas que le incriminaban del delito de cisma, Carlo Maria Viganò no se ha presentado. Es el caso por ejemplo de la citación del 20 de junio. Al parecer, el dicasterio le envió un decreto firmado por el mayor responsable de la sección disciplinaria para solicitar su presencia en la sede del Vaticano el 20 de junio a las 15:30 horas.
La excomunión es una ratificación formal en la Iglesia Católica que significa la excepción de los sacramentos y de la billete en la vida eclesial.
Relación con Putin y Trump
Carlo María Viganò ha mostrado en reiteradas ocasiones su culto por Vladímir Putin y Donald Trump, y por consiguiente, por las críticas que han hecho alguna vez contra el propio Papa.
El miltrado italiano empezó a hacerse conocido cuando solicitó la dimisión del Papa. Al parecer, en 2010 denunció la filial económica cuando él trabajaba como revisor de finanzas. Adicionalmente, en 2018, igualmente llegó a condenar al Papa y a otros funcionarios de la curia romana de deber tapado abusos del cardenal estadounidense Theodore Edgar McCarrick.
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