La Asociación de Castilla-La Mancha presume del liderazgo de la región en el sector del pistacho, con más de 70.000 hectáreas de cultivo y el 80% de la superficie del país, sigla que ha crecido un 12,7% respecto al año precursor. En cuanto a la producción, la última cosecha en España superó las 7.500 toneladas de pistacho en seco con cáscara, de las que unas 5.600 toneladas corresponden a Castilla-La Mancha, es proponer, el 74%.
Todos estos datos los expuso el asesor de Agricultura, Ganado y Progreso Rural, Julián Martínez Lizán, en Villamalea, donde este viernes inauguró la planta de procesado de pistacho de Saba Pistachio, afirmando que «Castilla-La Mancha tiene unas condiciones especiales para el avance del pistacho, que está teniendo una cambio y tiene un futuro y un trayecto tremendo, en el que se pueden emplear importantes cuestiones vinculadas al negocio que pueda sobrevenir tanto en la producción como en la comercialización».
Martínez Lizán dijo de Saba Pistachio «que está sabiendo emplear esta situación y, adicionalmente de producir, va a procesar el fruto seco en las instalaciones inauguradas hoy, poco fundamental para quedarse con el valía añadido». Así pues, felicitó a la empresa «porque adicionalmente de lo admisiblemente que trabajáis, habéis visualizado un futuro interesante para asegurar arraigo de población con el trabajo que se puede suscitar vinculado a este cultivo, pero asimismo a la revitalización socioeconómica con nuevos sectores emergentes que pueden ofrecer un importante futuro para toda nuestra región».
Plan Esntratégico
Por otro banda, el asesor explicó que la Asociación tiene en marcha diferentes medidas con las que contribuir a un crecimiento regular y a alentar el sector. Por ejemplo, el Plan Decisivo del Sector Pistacho, «prácticamente ultimado, en su período de revisión y que próximamente vamos a poner en conocimiento de toda la sociedad». Además se está trabajando para conseguir el examen de una IGP (Indicación Geográfica Protegida) del pistacho de Castilla-La Mancha y desde el Iriaf se están llevando a límite varios estudios relacionados con la genética, la polinización industrial o el empleo de residuos.