«Una crisis política nunca tuvo que derivar en una acción judicial»


Pedro Sánchez sigue preparando el terreno para otorgar concesiones a los separatistas catalanes que le permitan mantenerse en el poder. El presidente del Gobierno en funciones ha asegurado este miércoles en una rueda de prensa desde Nueva York que “una crisis política nunca debería haber dado lugar a una acción judicial”. Sánchez lo ha dicho sobre el procesamiento de los líderes del ‘procés’ en Cataluña, como Carles Puigdemont, líder de Junts per Catalunya, cuyos votos necesita para optar a una investidura.

El jefe del Ejecutivo ha defendido el procesamiento de los líderes separatistas y, hasta las elecciones del pasado julio, cuando pasó a depender de Puigdemont, ha asegurado que haría responder ante la justicia española al líder de Junts, huido en Bélgica.

Sánchez hizo estas declaraciones con la posibilidad de fondo de un acuerdo de amnistía para los dirigentes catalanes, algo de cuestionable encaje constitucional, fuertemente criticado por la oposición e incluso por dirigentes históricos de su partido, el PSOE.

El jefe de Gobierno en funciones ni siquiera quiso pronunciar la palabra “amnistía”, pero sus declaraciones apuntan a una satisfacción de las demandas de los separatistas.

Fue una comparecencia ante la prensa muy breve, apenas media hora, donde Sánchez sólo aceptó dos preguntas del grupo PRISA -tras haber pasado esa mañana en un foro económico organizado por ‘El País’- y otra de la cadena pública TVE.

El presidente eludió las preguntas sobre la amnistía y también sobre Oriol Junqueras, el líder de ERC, que ha insistido en los últimos días en que la amnistía forma parte de un eventual acuerdo de amnistía. “Las conversaciones son discretas, los acuerdos son transparentes”, ha afirmado el presidente del Gobierno en funciones, aunque el PSOE no ha publicado los términos del acuerdo de la Mesa del Congreso que, según Junqueras, también afecta a la investidura.

Sánchez no quiso precisar si Junqueras miente o no con estas declaraciones, pero dijo, como había defendido la víspera en una conversación informal con periodistas, que hablará “con total franqueza y transparencia” sobre las líneas que marcar los acuerdos sobre su investidura en el momento en que sea candidato. Es decir, cuando finalice el proceso de investidura de Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido del Álamo, que Sánchez ya ha considerado “fracasado”.

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