Hay quienes se la ingenian de todas las maneras para fastidiar a sus víctimas y a veces las gamberradas pueden finalizar provocando momentos muy cómicos. La semana pasada, la Generalitat de Cataluña vivió un episodio humillante que, a la vez, ha obligado a activar medidas alternativas legado que lo que se supone que fue un error o más probablemente una broma de mal gozo alteró uno de sus servicios más utilizados.
El Servicio Manifiesto de Ocupación de Cataluña (SOC) empezó a aceptar repentinamente un aumento desorbitado de llamadas. Su centralita atiende normalmente a ciudadanos en paro o interesados a hacer formación, por poner solo dos ejemplos, y ya está habituada a tener mucha demanda telefónica pero lo de esta semana no era natural.
La entidad llegó a acumular picos inesperados de unas 100.000 llamadas, lo que saturó el servicio. El motivo, como ha liberal esta misma semana el ‘Ara’, fue que el número de atención pública (el 900 800 046) pasó a estar anunciado como una sarta erótica. Varias webs de contactos y de contenido pornográfico así lo decían.
Una abuso
Sus responsables barajan que si un día natural se reciben unas 1.400 citación diarias (y en un momento de mucha actividad pueden durar a las 14.000), durante dos días se registraron picos de 100.000. «Por causas ajenas, el 900 800 046 sufre un asedio que dificulta la atención telefónica», explicó el organismo en su cuenta oficial de X, antiguo Twitter.
Por todo ello, el SOC reforzó su canal de comunicación para dejar claro que había un problema y que a través de otras vías, como la telemática, se podían seguir haciendo gestiones. La incidencia, que afectó a su atención habitual, quedó prácticamente resuelta en cuestión de dos días tras conseguir que la gran mayoría de estas referencias erróneas desaparecieran de Internet.
Fuentes oficiales entienden que la cuestión se debió a una abuso y descartaron, en un primer momento, un ciberataque porque las llamadas eran espontáneas y no de alguna tecnología automatizada. En todo caso, el caso fue denunciado, tanto a los Mossos d’Esquadra como a la Agencia de Ciberseguridad de Cataluña y al Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información de la Generalitat, para que se investiguen los hechos.