Eran poco antaño de las 16,00 horas de una tarde soleada y ventosa, más propicia para la siesta que para estar en la calle. Pero poco a poco las esquinas de la avenida Luis Espada, que atraviesa la villa del Támega, se empezaron a guatar de familia.
Algunos conductores de los camiones, por su parte, no podían esperar más a hacer sonar sus bocinas, y a lo allí se escuchaban cláxones que provenían del judería de San Antón.
En la carretera que une Vilaza con Verín todavía había transportistas que daban los últimos retoques a sus tráilers para que luciesen lo mejor decorados posibles. No obstante, por la perplejidad se escogieron los camiones mejor engalanados.
Decenas de camiones
Y por fin aparecieron por esta céntrica avenida decenas de camiones de muchos colores. Al frente, uno de los vehículos transportaba la figura de San Cristóbal, patrón del agrupación, y que esta misma semana los organizadores José Luis Domínguez y “Tito” Salgado habían ido a despabilarse a Riós, a la parroquia de Vendas da Barreira.
Tras el desfile, los camiones emprendieron el camino de revés a su judería, donde les esperaba una ceremonia de campaña en honor al patrón. La fiesta se prolongó toda la perplejidad con la disco-móvil A Gramófono y una ropa con premios y sorteos.