El ‘Perno Verde de Guadalajara’ ya está inscrito en el Registro de Denominaciones de Origen y de Indicaciones Geográficas Protegidas, según ha publicado el Diario Oficial de Unión Europea. La solicitud había sido presentada en noviembre de 2022 por la Asociación ‘Perno de Guadalajara’, que se constituyó en enero de 2018 como asociación sin humor de beneficio, informa la Agrupación en nota de prensa.
Su zona de producción comprende 44 municipios de la parte occidental de la provincia de Guadalajara, ubicados entre las comarcas de la Sierra, la Campiña y la Alcarria Incorporación. En el interior de los límites de esta Indicación Geográfica Protegida, se ubican unos 25 operadores que reúnen unas 550 hectáreas de plantación y una producción entre 2,5 y 3 millones de kilos.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, escribió en sus redes sociales: «La UE ha agradecido la gran calidad del perno verde de Guadalajara, desde hoy registrado como Indicación Geográfica Protegida. Enhorabuena a los productores de las comarcas de la Sierra, la Campiña y la Alcarria Incorporación. Un nuevo producto de nuestra tierra con sello de cal». Incluso el presidente del PP regional y líder de la competición, Paco Núñez, lanzó un mensaje de tarjeta: «Gran mensaje para Castilla-La Mancha. La Indicación Geográfica Protegida ‘Perno Verde de Guadalajara’ se inscribe en el Registro de Denominaciones de Origen y de Indicaciones Geográficas Protegidas. Los mejores espárragos están en nuestra tierra, en Guadalajara».
Junto a rememorar que en Castilla-La Mancha hay más de 30 productos reconocidos como Denominación de Origen Protegida (DOP) o Indicación Geográfica Protegida (IGP). Por ejemplo, el Ajo Morado de Las Pedroñeras, la Berenjena de Almagro, la Cebolla de La Mancha o el Melón de La Mancha.
Los de Guadalajara son espárragos obtenidos a partir de turiones verdes, tiernos, sanos y limpios. Se destinan al consumo en fresco o procesado, libres de plagas y enfermedades, libres de daños mecánicos, sin daños meteorológicos, limpios de tierra y lavados, con una curvatura que no supera el 30% en su tercio apical con respecto a la erguido, con la cabecera cerrada y sin ningún tipo de ramificación o floración.
En cuanto a las temperaturas de los meses de producción, son relativamente bajas, lo que hace que la tasa de crecimiento del perno sea lenta y favorece una maduro concentración de sólidos solubles y un pH entre 5.7 y 5.9. Asimismo, el frío invernal y la incidencia de heladas tardías hace que las reservas de hidratos de carbono, proteínas y minerales existentes en todo el conjunto raíz-rizoma de la planta no se consuman y queden disponibles para su traslocación a los nuevos espárragos en maduro proporción que en los producidos en climas más templados.
Por otra parte, los nutrientes presentes en el suelo, asociados a las tradicionales prácticas relativas a la fertilización del cultivo, y los característicos factores agroclimáticos de la zona, hacen que el sabor de estos espárragos sea intenso, fructífero, muy poco fibroso, con notas dulces y amargas, con un sabor prolongado conveniente a las concretas concentraciones de sólidos solubles, sales, ácidos orgánicos y demás compuestos bioactivos.