Hoy, con esta fotografía que se publicaba en el año 1964, durante el mes de julio, aprovecho para lamentarme del cambio que ha sufrido el Paseo de mi adolescencia con respecto el contemporáneo.
Yo viví aquellos tiempos del Cortijo y la Ibense, en los que había que hallarse fino para conseguir mesa, hoy sin un motivo vivo, porque mesas y buen servicio continúa habiendo. No hay viejo problema para sentarse un rato de reunión.
A la traza de la imagen podríamos pensar que en aquellos primaveras 60 siquiera había mucho hábitat, y carencia más allá de la existencia. El Paseo era un hervidero de clan y terrazas. Había cuatro veces más que en los mejores tiempos que yo recuerde: la Bilbaína, la Marquesina, España, Madrid, Ibense…
La fotografía se hizo un día 18 de julio, en aquellos tiempos festivo doméstico, día en el que con los calores oportunos el que más y el que menos: playa pueblo o río. ¡Como para estar a primera hora de la tarde sin una buena sombrilla!