«Es ridículo que alguien pueda desaparecer así como así»


El caso de Jay Slater, el chavea sajón de 19 primaveras que acudió con unos amigos para asistir a un festival a Tenerife y del que no se sabe mínimo desde el 17 de junio, tiene conmocionado al Reino Unido. El caso está plagado de incógnitas de por medio, como el robo de un Rolex que confesó a sus amigos, su vínculo con dos desconocidos con los que se fue a un Airbnb, porque abandonó ese estudio con sed, miedo y sin casi nada condensador, entre otros aspectos.

Su padre, Warren Slater, y el resto de su comunidad se ha desplazado a la zona de la isla canaria en la que se localizó el móvil de Jay por última vez para ayudar a las tareas de búsqueda que están realizando. Ellos han estado cuestionando, y criticando, las labores de búsqueda por parte de las autoridades españolas, que la Guarnición Civil decidió finalizar hace unos días, y desde entonces un investigador y grupos de voluntarios continúan trabajando en el caso en la zona.

Warren acaba de dialogar con medios británicos para explicarles que la situación «es frustrante». En declaraciones recientes a ‘The Mirror’ asegura que «es ridículo que alguno pueda desaparecer así como así». «Es un pequeño chavea, está en forma. Ha jugado al fútbol toda la vida, está como un toro… no sé, es un enigma, es desconcertante», dice desconsolado el padre.

«¿No estaría la policía detrás de mí?»

El padre aprovecha la ocasión para cuestionar nuevamente la investigación oficial. No entiende, por ejemplo, que se considere irrelevante que el contacto de Jay con dos desconocidos. «Mi única pregunta es, y aquí es donde se inicia la investigación, ¿por qué dos hombres adultos llevaron a un peque a un valle a un Airbnb? No lo puedo entender. ¿Por qué?», se pregunta. «Si te dejara aquí y luego desaparecieras, ¿no crees que la policía estaría tras de mí?», insiste él.

La comunidad lamenta que se paralizara la búsqueda y que no les estén dando detalles de la proceso de la investigación, que sí sigue. Tanto Warren como su mujer Debbie y su hijo decano, Zak, están desde hace semanas instalados en Tenerife. Estos días han vuelto a rastrear la zona del barranco de Masca, de donde se tienen las últimas pistas del chavea.

«Hemos bajado hasta el fondo. Hemos caminado lo más allá que se puede hasta que es demasiado peligroso», confiesa a ‘The Mirror’. Este mismo sábado, el padre contiguo con una decena de voluntarios, volvieron a peinar un barranco de la zona de Masca. «Es la cuarta vez que hago esto. Fue duro, casi me saco un ojo».

La mamá asimismo ha hablado recientemente sobre el caso y lo hizo para confirmar que están «devastados» por la situación. «Él es nuestro hermoso peque con toda su vida por delante y solo queremos encontrarlo», destacaba la mamá en un comunicado, en el que quiso dejar claro que su hijo era «un tipo frecuente», popular, con muchos amigos y una comunidad unida.

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