Junts, Esquerra y las entidades independentistas se reúnen desde primera hora de este domingo en Waterloo, residencia de Carles Puigdemont desde su huida en 2017, para asaltar el retorno de los huidos -el ex presidente prometió que regresaría a Cataluña para el primer debate de investidura- y la aplicación de la Ley de Remisión.
Un cónclave que llega una semana posteriormente del primer cara a cara en solitario entre el propio Puigdemont y Oriol Junqueras y tras el rechazo del Tribunal Supremo de exonerar el delito de malversación. De hecho, el magistrado Pablo Llarena mantiene la orden de detención contra el líder neoconvergente.
En la cita de este 7 de julio en Waterloo, encabezada y promovida por Puigdemont, están representantes de Junts (Jordi Turull), ERC (Marta Vilaret y Juli Fernàndez), la ANC, Òmnium y el Consell de la República, según ha avanzado La Vanguardia y han confirmado a este diario fuentes conocedoras del discusión.
Como informó este diario el viernes, el entorno de Puigdemont y la ANC -cuyo nuevo presidente es Lluís Llach, una figura enormemente allegado al líder de Junts- están ideando conjuntamente “algún tipo de concentración para evitar el arresto del ex presidente de la Generalitat” en caso de que vuelva al Parlament como dijo.
El ex presidente, huido desde 2017, prometió que regresaría para el primer pleno de investidura que se celebre en la Cámara, para el que todavía no existe momento. Y Junts ratificó que la promesa sigue válido pese a que el delito de malversación del que se acusa a su líder es considerado no amnistiable por el Supremo.
De hecho, la ANC ha convocado una manifestación el próximo 13 de julio, el sábado de la semana que viene, para exigir que todos los independentistas procesados, sin excepción, sean exonerados.
Preciso hace ahora una semana, el domingo pasado, Puigdemont y Junqueras se reunieron en el mismo ambiente, en Waterloo, en el primer discusión privado de los dos dirigentes desde 2017. En 2021, el entonces presidente de ERC y el resto de indultados fueron recibidos por el ex presidente de la Generalitat tras cobrar el perdón del Gobierno, pero Puigdemont y Junqueras no departieron a solas.
Según el entorno de Puigdemont, el objetivo de la reunión fue el de pulimentar asperezas posteriormente de estos siete abriles de distanciamiento. Tras el discusión, en el que no entraron a fondo en cuestiones políticas al considerar que no era el momento, los dos compartieron mantel en un restaurante.