El presidente en funciones no rechaza negociar la amnistía pero insiste en que “el marco es la Constitución”
Pedro Sánchez no cree que juzgar a Carles Puigdemont sea una buena idea. Así lo ha expresado hoy en una rueda de prensa en la Representación de España ante Naciones Unidas, donde participa en las reuniones de la Asamblea General del organismo.
“Hemos respetado el trabajo y el trabajo de la Justicia. Siempre lo hemos hecho. Yo también digo, y siempre lo he comentado, que una crisis política nunca tiene por qué derivar en una acción judicial. Recuerdo que cuando el presidente del Gobierno Mariano Rajoy y el entonces fiscal general, José Manuel Maza, abrió la puerta a todas estas causas judiciales a través de la Audiencia Nacional, transmití mi malestar al señor Rajoy.” El presidente declaró que “lo que hemos hecho durante estos cuatro años” ha sido “intentar devolver a la política lo que nunca debió salir de la política”.
Estas declaraciones de Sánchez parecen ser una continuación de las que hizo el martes en un encuentro informal con los medios de comunicación en Nueva York, cuando afirmó que “hablaré cuando tenga que hacerlo” pero planteó un escenario en Cataluña en el que los defensores de la celebración de un referéndum unilateral corrían el riesgo de quedar políticamente aislados, por lo que sería mejor que negociaran.
Hoy Sánchez ha sido más claro al explicar que “voy a ser coherente con la política que he hecho de normalización y estabilización de la situación política en Cataluña, en definitiva, estoy diciendo muchas cosas. Están los hechos, que son absolutamente Indiscutible: Cataluña está “mucho mejor que en 2017. Nos encontramos en una situación traumática, desgarradora, con un Parlamento que ignoraba la Constitución”.
El presidente en funciones hizo estas declaraciones justo después de que los periodistas le preguntaran si es cierto que, tal y como afirmó el líder de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Oriol Junqueras, la amnistía ya está acordada desde el mes pasado. “Las conversaciones pueden ser discretas, pero los acuerdos deben ser transparentes”, afirmó. Sólo si fracasa la investidura de Alberto Núñez Feijóo -que Sánchez daba por hecha- y el rey Felipe VI encomienda la formación de un nuevo Gobierno para “hablar con total franqueza y transparencia sobre cuáles serán las directrices de una hipotética administración”. liderado por el Partido Socialista”. Sólo entonces “voy a dedicarme en cuerpo y alma a conseguir una verdadera investidura”. Lo que tenga que decir lo diré a partir de ese momento”. Si se llega a un acuerdo, “el objetivo de mi Gobierno para los próximos cuatro años es el progreso y la convivencia. El método será el diálogo con los agentes sociales en todo lo que tenga que ver con el progreso, con los actores territoriales en todo lo que tenga que ver con la convivencia y el marco será la Constitución”, concluyó.
En el plano internacional, Sánchez, que llega mañana jueves a España, reafirmó una vez más su apoyo al multilateralismo y la defensa de la integridad territorial de Ucrania. “El apoyo a Ucrania continuará hasta que el último soldado ruso abandone un país que no es el suyo”, afirmó, en referencia a un conflicto que calificó de “absolutamente imperialista” y en el que, afirmó, “no se puede ser equidistante”.
El presidente también defendió el multilateralismo, especialmente en lo que respecta a la lucha contra el cambio climático y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que parecen absolutamente imposibles de alcanzar en la fecha prevista de 2030, y que en España apoyan todas las fuerzas políticas excepto Vox. En su viaje a Nueva York, Sánchez ha mantenido diferentes reuniones bilaterales, aunque su agenda se ha visto algo limitada por su condición de jefe del Gobierno en funciones. También ha anunciado un aumento de la contribución española a dos programas de la ONU, por valor de 40 millones de euros en los próximos tres años, y ha propuesto que España sea sede de la cumbre de ministros de Hacienda sobre financiación del desarrollo prevista para 2025.