Condenado a nueve años de cárcel por abuso sexual continuado a una niña amiga de su hija mientras dormía


La Audiencia de Valladolid ha condenado a un total de nueve abriles y un día de mazmorra al macho de origen paraguayo L.A.A.S. como autor de un delito de exageración sexual continuado sobre una pupila de nueve abriles, amiga de su hija, tras introducirse en la habitación donde ambas dormían para tocarle sus partes íntimas.

La sentencia señala que la principal prueba de cargo, se representa por la comunicación de la propia víctima efectuada el día 11 de enero de 2023 en el Chancillería Instructor, y fue reproducida y visionada en el acto del madurez vocal «como prueba preconstituida».

«La pequeño describió, aunque de forma un tanto desestructurada y conforme a la juicio propia de su perduración, cómo habían sucedido los mismos. El relato resulta convincente por estar colmado de detalles relativos a los momentos previos, coetáneos y contexto que pudo proveer que L.A.A.S. llevase a mango los tocamientos libidinosos», añade.

Durante el madurez, el ahora condenado, para el que las acusaciones pedían hasta 27 abriles de mazmorra, se declaróinocente y atribuyó la denuncia de la mamá a una posible venganza de ésta con la que, como así aseguró, había mantenido abriles antaño una relación sexual extramarital.

«Yo creo que todo esto es por poco personal o por una cuestión económica», alegó el atacante sexual, quien reiteró que nueve o diez abriles antaño mantuvo una aventura con la mamá de la pupila, cuando él ya estaba casado y tenía tres hijos, y que la ruptura de esa relación podría ocurrir llevado a su examante a tratar de buscarle la ruina personal o económica utilizando para ello a su propia hija.

Sí reconoció que la pupila, amiga de su hija, había pernoctado en distintas ocasiones en su vivienda, pero sin que hubiera laborioso el momento en que su hija y la amiga dormían juntas para, ya de aurora, introducirse en el cuarto y toquetear a la víctima en sus partes íntimas e incluso meter dos de susdedos en su vagina. «¡Eso no se hace, yo no he hecho esas cosas!», espetó L.A.A.S, quien insistió en que ninguna de esas noches puso una mano encima a la pequeño.

Su lectura exculpatoria, sin retención, se caldo debajo poco luego con la proyección de un vídeo que contenía la comunicación que en su día realizó la víctima a las psicólogas judiciales y delante las que, de forma absolutamente «probable», relata con detalle lo acontecido durante aquellas dos noches en las que el dibujado se introdujo en la habitación para, según ella, agredirla sexualmente.

«Los testimonios inventados suelen ser lineales y, en cambio, en este caso estamos delante un relato disperso», subrayaron las expertas para añadir que ello era característico de algún que dice la verdad y que ha demostrado ser «poco sugestionable», descartando así que la cría pudiera estar incriminando al dibujado a instancias de su mamá.

De hecho, en ese relato, reproducido en sala, la víctima explicó que en las dos ocasiones en las que durmió en casa del dibujado, éste entró en la habitación donde dormía con su amiga, se sentó a los pies de la angarillas -ambas se habían acostado en la cama de abajo-y metió la mano bajo las sábanas, para acto seguido introducirla entre su pijama y entablar a tocarle sus partes íntimas, con preparación de dos dedos en su vagina.

«Yo me movía para que parase. Él me miraba y como yo me hacía la dormida siguió tocándome. Tenía mucho miedo y por eso ni siquiera al día ulterior dije carencia porque pensaba que podía hacerme poco», son algunas de las manifestaciones que la pupila hizo a las psicólogas, a quienes por otra parte apuntó que en uno de estos episodios el dibujado llegó a clavarle una uña en la vagina, ocasionándole una magulladura que le provocaba un dolor intenso cada vez que iba al baño a orinar.

La mamá de la cría, por otra parte de desmentir que hubiera mantenido relaciones sexuales con el dibujado, declaró que en ningún momento sospechó de esta situación adecuado a la relación de «absoluta confianza» que había con el dibujado, al que la pupila «consideraba como un padre», y aseguró que se enteró finalmente de lo ocurrido cuando su hija se desmoronó y le confesó lo que había ocurrido. «Estábamos en un bar adjunto con otra amiga y la hija de ésta y mi pupila empezó a deplorar. Contó entonces que el dibujado la había tocado y que no había dicho carencia por miedo. Lo primero que hice fue salir del bar y llamarle por teléfono para pedirle explicaciones», rememoró la mamá de la víctima, quien apostilló que en esa conversación su interlocutor le dijo poco que entonces le llamó mucho la atención. «Que yo me acuerde, no la he tocado», es la frase que la testificador puso en boca del encausado.

El madurez contó, entre otros testimonios, con los aportados por la propia esposa y la hija del dibujado. Ambas apoyaron su lectura, en distinto su hija, puesto que calificó de «inverosímil» que su progenitor hubiera agredido sexualmente durante aquellas dos noches a su amiga, con la que dormía en una misma cama, ya que, como así aseguró, estuvo en todo momento despierta adecuado a que en una ocasión estuvo trasteando con el teléfono móvil y en la otra no podía dormirse porque había tomado café.

La testificador, hoy de quince abriles, además trató de desvirtuar la credibilidad de su amiga al sostener de ella que «siempre quería rebosar con la suya, aunque para ello tuviera que inventarse cosas».

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *