Fortes, hijo de una paciente con alzhéimer en Ourense: “A enfermidade cambiounos”



En los momentos más difíciles de una persona, sus seres queridos cierran filas a su alrededor. Esto es lo que ocurrió en la familia de Xesús Fortes, cuando hace seis años los médicos diagnosticaron a su madre la enfermedad de Alzheimer. “Fue un shock. Cambia la vida en un momento. Miña solo estaba viva, vivía sola, y en ese momento tenemos que hacer un plan a toda velocidad”, Explicar.

El veredicto se produjo después de que sus hijos notaran un cambio de humor. “Notamos que no era lo mismo, entonces acudimos a su médico de cabecera y la derivaron a Neurología. “Aí chegou o diagnóstico con esa temida palabra” recordar. Entonces, la familia empezó a buscar información en su entorno, en lecturas o en entidades como la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (Afaor). Sus hijos y nietos construyeron una red de apoyo clave: “Nos involucramos todos para activar la red, tuvimos que enfrentar la realidad. Los pobres que viven aquí comenzaron a trabajar duro para no verse necesitados. Consideramos que mantener el flujo emocional cercano a lo que deseas es muy importante”. En el barrio avisaron de la situación a los comerciantes que la conocían, para que supieran cómo actuar o ayudarla si lo necesitaba.

Hace dos años, la familia volvió a Afaor, ya que el deterioro había avanzado. “Durante la semana voy a trabajar por las tardes, así tienen mucho tiempo para socializar. Sabes, lo dejé ese día para que fuera a su peluquería habitual y saliéramos a caminar juntos. “Creemos que es un hábito importante de mantener”, detalla.

Fortes habla de los beneficios de las actividades de estimulación cognitiva, aunque la enfermedad no cesa. “Se empieza a perder funciones de movilidad, memoria, memoria… Pero seguimos disfrutando, aprovechando el tiempo que tenemos. “Puede que ella no sepa quiénes somos nosotros, pero nosotros no sabemos quién es ella”.ecalca.

También destaca el papel de asociaciones como Afaor: “Tenemos la oportunidad de dar este servicio, con profesionales tan comprometidos. Pero hay mucha gente de esta provincia, de zonas rurales, que no tiene esa posibilidad”

La soledad de los mayores dificulta la detección precoz de la patología

Antes del diagnóstico, Xabier Fortes y sus hermanos detectaron múltiples signos de que algo había cambiado en su madre. “Estaba deprimido emocionalmente, pero también hubo cambios inesperados. Cosas que estaban en lugares donde no debían estar, malestares estomacales… Había algunas señales de que algo estaba pasando”. recordar. Apreciar estos cambios los llevó a consultar a su médico, lo que permitió diagnosticar la enfermedad. Por eso el papel del círculo cercano de la persona es clave: sus seres queridos son los primeros en dar la alarma y buscar ayuda.

En ese sentido, Fortes habla de las dificultades de las personas mayores que viven solas, en zonas poco pobladas. “Quizás en el mundo rural, antes, no era necesario que alguien conviviera con alguien para que pudieras detectar que algo estaba pasando. Pero ahora, con el mundo rural tan baleiro que tenemos, no es nada fácil, “La enfermedad consigue esconderse”, señala.

La soledad es un factor decisivo en todas las fases del Alzheimer, no sólo en el momento del diagnóstico. Antes de desarrollar la patología, el aislamiento es un factor de riesgo, ya que la persona deja de interactuar con los demás y, por tanto, de mantenerse activa. Una vez detectada, la soledad también es decisiva porque puede acelerar la progresión de la enfermedad.

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