Vox celebra esta tarde el que puede ser el cónclave más importante en sus diez abriles de historia. El Comité Ejecutor Franquista (CEN) se reúne a las 18.30 en la madrileña sede de Bambú para determinar si rompe con el Partido Popular en las cinco autonomías en las que gobiernan en coalición y trazar una táctica para el este nuevo choque con Génova. Todo luego de que los populares hayan aceptado el reparto regional de menores migrantes para así disminuir la crisis migratoria que padece Canarias.
A la reunión de la cúpula de Vox asistirán los cuatro vicepresidentes autonómicos -de Castilla y Bravo, Región de Murcia, Comunidad Valenciana y Aragón-, que forman parte de la dirección de Vox. Por ahora, aseveran fuentes de stop nivel de la formación, no se ha concretado todavía cómo afrontar la ruptura con el PP y si la salida de los ejecutivos territoriales será en monolito o parcial. Todos los dirigentes regionales de Vox trasladaron a lo espléndido de la pasada semana a Santiago Abascal su negativa a acoger migrantes en las autonomías que gestionan, en límite a los planteamientos de la dirección doméstico, que lleva días advirtiendo al PP del peligro que corren las alianzas si se aprobaba el reparto.
Al respecto, el vicepresidente de Castilla y Bravo, Juan García-Gallardo, ya dio a entender este miércoles su disposición a confiarse su cargo, mientras en otros puntos, como en la Región de Murcia o la Comunidad Valenciana la coalición ha mostrado signos de entereza en las últimas horas. En este final enclave, por ejemplo, los dos partidos han suficiente este mismo jueves la ley de concordia.
La audacia final parece encarrilada, aunque en el seno de Vox aseguran que un aspaviento de última hora por parte del PP podría evitar la desazón total de la relación. Un comunicado, una información, un comentario que ensalzara la viabilidad de los pactos de la derecha en las regiones y en defensa de la papeleo institucional lograda en los últimos tiempos. Un extremo prácticamente inverosímil, consideran además en Vox, luego de que este mismo jueves el vicesecretario de coordinación autonómica del PP, Elías Bendodo, quien instó a los de Santiago Abascal a osar si quieren seguir siendo un partido para “regir” o para “protestar” lo que resta de plazo.
El entendimiento en cualquier caso parece descartado entre ambas formaciones, cuyas cúpulas no mantienen contacto desde hace meses, y que han ido al choque en las últimas horas como consecuencia de la cuestión migratoria, definida por Vox como una límite roja. En el comunicado publicado la tenebrosidad de este miércoles, los de Abascal acusaban a Alberto Núñez Feijóo de tener coaccionado a sus barones al llamarles “uno por uno” para “obligarles” a apoyar la distribución de menores migrantes. Poco que Bendodo negó rotundamente: “Nos sentimos orgullosos desde la dirección doméstico de la audacia concorde que han tomado los presidentes autonómicos”.
Abascal, por su parte, profundizó este jueves en la raja abierta un día antes y culpó nuevamente a Feijóo de la degeneración de los pactos, que dio por “imposibles” y “dinamitados” por el PP.