El expresidente también critica a Smper: “Traducirte así es absurdo, yo hubiera hablado español”
“La amnistía es una locura, una enmienda al conjunto de la democracia española. Es un fraude y es absolutamente inmoral, porque estaremos diciendo que todo lo que hizo la democracia española fue mal hecho e ilegítimo”. Así ha resumido Mariano Rajoy su postura sobre la hipoteca de amnistía por los crímenes del proceso.
En una entrevista con Cope, el expresidente del Gobierno ha subrayado fuertemente que la amnistía supondrá la quiebra de la democracia española. “Es un golpe de gracia a la Constitución y a nuestra propia democracia”, subrayó.
“Es un torpedo en la línea de flotación de la democracia española. Estamos en un momento muy decisivo de la historia de España, porque nos dicen que nuestras leyes son ilegítimas, y eso sería la ley del más fuerte. Hay que hacer todo lo que permita la ley para impedir que se lleve a cabo esta amnistía”, prosiguió Rajoy.
En su opinión, si se produce una amnistía nos encontraremos con un mensaje muy negativo: “Que hay políticos que quedan impunes y pueden hacer lo que crean conveniente. Es un atentado a todo, incluida la igualdad de los españoles”. Por eso cree que debería haber un pacto de Estado entre PSOE y PP para evitarlo.
Además, ha asegurado que nunca habló con Pedro Sánchez de no tener que judicializar la crisis catalana ni le dijo la palabra “desjudicializar”.
Preguntado por la reforma del Reglamento del Congreso para que se establezca el pleno uso de las lenguas cooficiales, el expresidente del PP consideró que es “una broma al pueblo”.
Tras ello, ha cargado veladamente contra Borja Smper, diputado del PP: “Algunos hablan en su lengua y se traducen a la de todos. Es absurdo”. ¿Qué te pareció aquel discurso con frases en euskera? “Sin duda habría hablado en español”, dijo Rajoy, quien luego añadió que la posición del PP “es también la de Semper”.
Al ingresar al pleno del Congreso, Alberto Núñez Feijó aseguró que al “sí” le pareció bueno el discurso de Smper, muy criticado en privado por sus propios compañeros de bancada.