El líder de la organización más peligrosa del país.
‘El Niño Guerrero’ fue el encargado de recoger la ‘causa’,a tarifa semanal que los casi 3.000 detenidos tuvieron que pagar para sobrevivir en el centro. También controló la entrada y salida de armas, drogas, celulares, dinero y visitas. Su poder era tal que tenía a su disposición una piscina, un zoológico, un centro ecuestre y hasta un restaurante dentro de la prisión.
Pero su reinado acaba de llegar a su fin. Más de 11.000 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y el Servicio Penitenciario ingresaron al centro penitenciario para restablecer el orden y la autoridad.
Los lujos dentro del penal de Tocorón
El operativo se llevó a cabo luego de varias denuncias por extorsión, secuestro, venta de drogas y homicidios desde el interior del penal. Según fuentes oficiales, se incautó un gran arsenal de armas de fuego, explosivos, municiones, teléfonos inteligentes y máquinas de minería de criptomonedas. También fueron descubiertos túneles y motos de gran cilindrada que los delincuentes solían escapar o moverse dentro del local.
Durante años, el chiringuito ‘El Niño Guerrero’ del penal de Tocorón contaba incluso con una discoteca, piscina, tiendascentros de apuestas, un zoológico y restaurantes como El Sazón del Hampa, según informa el medio ‘Runrunes’.
El líder, en paradero desconocido
Aunque el Gobierno ha anunciado en un comunicado la éxito de la operación, hasta el momento no ha habido información sobre el paradero del ‘Niño Guerrero’ o si ha sido capturado. Tampoco sobre posibles víctimas o heridos durante el despliegue policial. Asimismo, no se ha precisado el número de detenidos ni su situación jurídica. Lo que se sabe es que la prisión de Tocorón ya no es un territorio sin ley y bastión del Tren Aragua.