La celebración del Día del Alzheimer posiblemente haya pasado desapercibida para unos 30.000 orensanos que padecen esta grave patología. Decimos que ha pasado desapercibido porque la pérdida de capacidades cognitivas es una de las consecuencias. Esta enfermedad no sólo afecta a quienes la padecen sino también la vida de las familias, cuyas actividades están condicionadas por los cuidados que requiere el paciente.
Los avances son sólo paliativos y creer en una solución a medio plazo es ser ingenuo y en materia de salud tenemos que ser mucho más racionales. Además, los datos alude a que La incidencia será mayor porque en una población tan anciana como la de Ourense la prevalencia seguirá creciendo.
Mientras tanto, lo único que se puede hacer es ofrecer la máxima calidad de vida y comprensión a los enfermos y a sus familiares y, como siempre ocurre, mirar hacia arriba y ver si la administración pone todos los recursos a su alcance para ayudar a la dignidad de gente. Pero Si lo hace estamos avisados porque el Alzheimer seguirá extendiéndose como una mancha de petróleo y aunque parezca sarcasmo nos olvidaremos de muchas cosas, pero de él no.