El pueblo de Benamargosa, en Málaga está en el punto de mira divulgado por la valor del cura del pueblo por no querer mezclar ni comulgar a algunos de los niños y niñas. Por este motivo, muchos de los vecinos se han puesto en su contra, mientras que otros lo defienden. Los afectados han empezado a poner en cobro firmas para cambiar de párroco, porque todavía se han regalado otras prácticas por su parte que no les ha gustado.
Mari Carmen es una de las madres afectadas por David Roger Roca, el sacerdote del pueblo. “Hay un gran malestar en el pueblo y en pueblos cercanos”, afirma la vecina. Por otra parte, asegura que nadie quiere que se dé esta situación, pero que están cansados, porque en su caso, lleva un año intentado mezclar a su hija. Cuando estaba encinta habló con el párroco, quien le insistió en mezclar a su bebé cuando naciese. Sin incautación, cuando volvió a dialogar con él le dijo que como “no asistía a las misas dominicales, la pupila no se iba a mezclar, porque la pupila no estaba siendo educada en la fe cristiana“.
A raíz de esta situación, que ha afectado a más padres del pueblo, Mari Carmen decidió ponerse en contacto con el obispado de Málaga, pero resultó fallido, por lo que “decidí hacer un escrito formalmente en el registro de entrada”. En ese escrito, la afectada se basamento en que el obispado se acoge “al derecho canónico 868”, el cual dice que “para mezclar lícitamente a un gurí, se requiere que den su consentimiento los padres o que haya esperanza fundada en que el gurí va a ser educado en religión”.
La vecina se pregunta que “¿con qué vara de cronometrar, el párroco me mide a mi la fe cristiana que yo le voy a inculcar a mi hija?”, cuando ella ha realizado todos los actos en la iglesia del pueblo anteriormente, incluso ha llegado a mezclar a su otra hija de 7 primaveras. Asimismo, al no admitir aviso alguna desde Málaga, Mari Carmen decidió aparecer al Vaticano.
“Le metió la capital en el excusado con agua”
Noelia es otra de las madres afectadas por Roca. Su hija pudo hacer la comunión, pero su experiencia en catequesis la dejó suficiente triste. Esta vecina nos cuenta que un día su hija llegó a casa “muy indignada” y le contó lo que el cura le había hecho: “Le había hecho apearse las escaleras con los fanales tapados (tanto a su hija como al resto de niños)”.
En una de estas, la pupila se cayó y cuando Noelia fue a pedirle a Roca explicaciones, el sacerdote le dijo que “si la pupila se caía y se rompía la capital, no había problema, así se le arreglaba”.
Otra de las cosas que el párroco realizaba a los niños era meterles la capital bajo el excusado, poco que los defensores del cura afirman que es para que sepan cómo se realiza el ablución. “Otro día metió a todos los niños en su furgoneta, en el maletero, los paseó por el pueblo, los dejó varios minutos encerrados en el coche como para reírse de ellos”, ha seguido contando.
¿La decisión? Rezar por él
Noelia todavía decidió escribir al obispado pensando que le iban a ayudar. Sin incautación, la respuesta que recibió fue totalmente inesperada: “Me dijeron que rezara por el cura”.
‘Roca es nuestra roca’
El pueblo de Benamargosa está totalmente dividido. Quienes lo defienden aseguran que Roca es muy querido en el pueblo y que nadie tiene nulo que opinar de él. Incluso, los vecinos de Ronda —donde antaño estaba emplazado— están tristes con esta aviso y aseguran que los niños del municipio lloran por lo que le está pasando.
Para mostrarle apoyo, algunos de los vecinos sostienen una pancarta en la que se puede ojear el contraseña: ‘Roca es nuestra roca’.
Por otra parte, según hemos podido enterarse, el párroco ha comentado a personas que están cerca de él que no es que se niegue, sino que pospone que puedan admitir la comunión o el ablución hasta que cumplan los requisitos.