El robo de bidones de mermelada en una nave de Sabadell (Barcelona) ha permitido, tras dos primaveras de pesquisas, desarticular una estructura que importaba cocaína desde Colombia para venderla al detalle en pisos de la renta catalana, y que además hacía entregas a través de repartidores, los denominados ‘riders’. Fue en junio de 2022, cuando el vigilante de la empresa alertó a los Mossos posteriormente de determinar 300 kilos de mermelada en el suelo. Al revisar las cámaras, observó cómo dos personas se habían colado en el espacio y habían manipulado los bidones. Los agentes, desde un primer momento, sospecharon que éstos podían tener algún tipo de droga.
Las pesquisas determinaron que contenían cocaína procedente de Colombia. Entre 2019 y 2022, se habían realizado, al menos, cuatro envíos. A la vez, en verano de 2022, la Policía catalana comenzó a investigar una red de pisos donde se vendía esta droga al detalle. Sobre todo, en el alfoz marinero de la Barceloneta. Tras éstos, una misma comunidad: dos hermanos -hombre y mujer- y sus respectivas parejas, que conctaban con una red de empleados: los ‘riders’ y los que gestionaban los puntos de distribución.
Entre sus suministradores estaba un individuo, apodado ‘El barbas’ y su mano derecha. Eran ellos quienes tenían los contactos en Colombia para conseguir la ‘coca’. Y, en este punto fue donde confluyeron las dos investigaciones, yuxtapuesto con Vigilancia Aduanera: ya que las pesquisas tras ese robo de bidones de mermelada además apuntaban a ‘El barbas’. Bajo la tutela del Auditoría de Instrucción 24 de Barcelona se unificó la causa, y los esfuerzos -una vez identificados ya los puntos de distribución y a los repartidores- se centró en seguir la pista de empresas y testaferros.
Cocaína por la ventanilla
Durante estos dos primaveras, los investigadores señalan tres momentos secreto. El primero de ellos, en octubre de 2022, cuando uno de los sospechosos protagonizó una huída de película tras ser interceptado en un control rutinario de los Mossos. El transporte, que salió de La Mina (Sant Adrià), atropelló durante su huida a una agente. El conductor, yuxtapuesto al copiloto, una beocio que resultó ser su pareja, comenzó a tirar paquetes de cocaína por la ventanilla. Quince minutos más tarde, acabó detenido. Resultó que el peso total de la mercancía de la que trató de deshacerse fue de 47 kilos. Tras ello, ingresó en prisión provisional.
Unos meses antiguamente, los investigadores detectaron en un municipio de Gerona que otra pareja, los otros líderes de la distribución, iban a transportar varios kilos de la droga. Igual que en el caso precursor, él ingresó en prisión tras su detención, y ella quedó en autogobierno. ¿Qué ocurrió? Las dos mujeres «tomaron el control del negocio, de los pisos y de los ‘riders’ y continuaron con la actividad de tráfico de drogas», ha detallado este viernes Lisard Hidalgo, patriarca de la División de Investigación Criminal (DIC) en Barcelona.
Les pesquisas estuvieron a punto de irse al traste «de forma causal», ha desvelado el inspector. Y es que en abril de 2023, ‘el Barbas’ acabó detenido tras una pequeña transacción para traicionar cocaína. Ese incidente puso en alerta al resto de integrantes del entramado que les hizo sospechar que estaban bajo vigilancia policial. «Eso nos complicó la vida», ha admitido Hidalgo, y es que el entramado cambió el sistema de importación y la ruta que seguían para introducir en España la cocaína colombiana. Incluso las empresas empleadas.
Seguido de nuevo el rastrillo, el pasado 3 de julio, se explotó la operación, con 250 efectivos de la Policía catalana y Vigilancia Aduanera. Tras una veintena de entradas y registros, la mayoría en Barcelona, detuvieron a 38 personas y se incautaron de varios kilos de la droga, así como de 360.000 euros en efectivo, y de tres armas cortas, un revolver y dos escopetas.
La investigación estuvo a punto de irse al traste cuando ‘El barbas’ acabó detenido por una pequeña transacción de cocaína. El arresto puso en alerta al resto de la manada
Según ha certificado Javier Martín, patriarca de la dispositivo operativa de Vigilancia Aduanera en Cataluña, gracias a su alerta, las autoridades de Medellín pudieron frustrar la importación de 40 kilos de cocaína. El trabajo ha sido difícil ya que, aunque no introducían grandes cantidades de bidones de mermelada, lo hacían a nombre de distintos importadores en un mismo contenedor que llegaba al puerto.
La operación ha permitido adicionalmente frustrar dos narcoasaltos que pretendió aceptar a lado la estructura investigada, ahora desmantelada. Y es que sus integrantes pretendieron, primero, robar un camión con mercancía cuyo origen era Algeciras. Y, seguidamente, asaltar una ‘jardín de infancia’ -espacio donde se almacena la droga hasta su posterior distribución- de una manada rival.
Los investigadores subrayan que lo relevante de estos casos no es sólo intervenir la droga sino atacar el patrimonio de estas organizaciones, para dificultarles la reincidencia. En el caso de este entramando, habían blanqueado el plata obtenido con la ‘coca’ con la adquisición de inmuebles y coches de reincorporación tono. Durante los últimos primaveras, les imputan 1,3 millones blanqueados.