El sector hotelero ha experimentado importantes subidas. Una habitación media en un establecimiento de cuatro estrellas ha aumentado su precio del pasado verano a este en 17 euros en cualquier zona de costa. Para disfrutar del ocio, los chiringuitos o los restaurantes, además tenemos que rascarnos el faltriquera porque desde la cerveza hasta el café, pasando por la comida más asequible, los precios en falta se parecen a los del pasado. La cerveza ha subido más de un 27%, la comida rápida un 25% y el café un 20%.
A pesar ello, el refrigerio y la diversión son sagrados tras un año de duro trabajo. Lo que no varía con el incremento de los precios, son los destinos. Para los españoles, Marbella, Tenerife, Benidorm, Salou y Mojácar siguen siendo sus preferidos, mientras que los turistas extranjeros se decantan por Madrid y Barcelona, y a la hora de agenciárselas el sol, Baleares y Canarias.
Y pese a que sea el verano más caro de la historia y no haya mucho patrimonio para irse de holganza, hay quienes optan por los préstamos. Poco a lo que tienen que apelar muchos españoles a causa de la inflación y los altos precios. 1 de cada 10 personas pide un préstamos para irse de holganza. Y las solicitudes han aumentado un 200%. De media una persona suele pedir unos 6.300 euros a devolver en cinco primaveras. Desde algunas agencias de viajes aseguran que han llegado a hacer presupuestos de holganza de 8.000euros para familias. Pero cuidado con la grafema pequeña porque podemos entrar a avalar intereses de hasta un 3.000%. Por eso, desde la OCU recomiendan mirar siempre otras alternativas, como pedir anticipos a una empresa si llevamos cierta caducidad, pedir préstamos a los familiares o agenciárselas tarjetas con 0 comisión.
Aunque la mejor opción es siempre, eludir, porque endeudarse hará que la cuesta de septiembre sea, mucho más dura.