El pimiento de Seixalbo escapa de la extinción gracias al cultivo de vecinos


Los pimientos de Seixalbo tenían una importante demanda en A Coruña, Santiago y Lugo. Hasta no hace mucho llegaban al País Vasco: en Vitoria los comercializaba la tienda “O Carallo” de productos gallegos.

Conocidos coloquialmente como “polos de Seixalbo”, presentan una forma acampanada, de piel mújol, con un verde intenso tenuemente claro. Solo los consumen los vecinos, ni siquiera pueden encontrarse en el rianxo.

La cesión a cientos igualmente era global en el pimiento de Punxín, con una producción ahora extinguida al igual que el Ourense verde, natural de las huertas del término municipal de la ciudad.

Ya no se encuentran a la cesión ni siquiera en el rianxo de la plaza de Ourense. Los pimientos de Seixalbo han desaparecido del mercado. La buena aviso es que los vecinos siguen cultivándolos para autoconsumo, lo que permite que escapen del peligro de acabamiento en el que se han gastado otras variedades autóctonas como el Ourense verde, natural de las huertas del término municipal de la haber, y el de Punxín.

Durante décadas fue uno de los principales capital económicos de los vecinos de Seixalbo. Los camiones de compradores llegaban a la plaza del pueblo y compraban por cientos los pimientos cultivados en las huertas de esta pequeña parroquia de seis kilómetros cuadrados. Xosé Carballido, miembro de la directiva de la Asociación Veciñal San Breixo de Seixalbo, nos recuerda que el éxito de estos pimientos, conocidos coloquialmente como “polos de Seixalbo”, no solo se debía al obligado mimo con el que trabajaban la tierra los agricultores de esta población. Asimismo por las cualidades de esta hortaliza, autóctona de Seixalbo. De forma acampanada, piel mújol de un verde intenso y tenuemente claro, carnoso, sabor dulce y un tamaño medio holgado: siete unidades hacen un kilo, aunque, lo tradicional no era venderlos al peso sino por cientos. “Cuando no se llegaba al ciento se medía en manos. Cuatro pimientos eran una mano y 25 manos un ciento”, nos recuerda Higinio Novoa Santás, directivo igualmente de la asociación veciñal San Breixo que todavía cultiva en su huerta pimiento autóctono de Seixalbo para consumo propio. “Presente cuando era pibe que llegaban los camiones al atardecer y se llevaban los pimientos. La mayoría iban para Lugo, Santiago y poco para A Coruña”, cuenta Higinio Novoa.

La época de los camiones cargados con cientos y cientos de pimientos hace tiempo que pasó. Sin bloqueo, hasta no hace mucho todavía se podían comprar los “polos de Seixalbo” en el rianxo de la plaza de abastos de Ourense. Incluso llegaban al País Vasco, donde una tienda de Vitoria especializada en productos gallegos indicación “O Carallo” los anunciaba en su Facebook cuando los tenían a disposición de sus clientes. Hoy resulta prácticamente difícil comprarlos incluso en Ourense. “Todavía hay cultivo recinto pero solo para autoconsumo”, señala Xosé Carballido, quien cree poco probable que cambien las tornas porque no hay quien trabaje el campo ileso para atender sus propias micción.

Los diferentes tipos de pimientos.
Los diferentes tipos de pimientos.

Higinio cuenta con una huerta muy variada en la que destina una parcela exclusivamente a los “polos de Seixalbo”. Cada año escoge los mejores pimientos para inclinarse sus semillas y así plantar la temporada próximo. Las primeras semillas que plantó se las había poliedro una tía. “No queremos que desaparezcan estos pimientos que son tan nuestros”, afirma.

La cesión a cientos igualmente era global en el pimiento de Punxín. El corregidor de este municipio, Manuel Vázquez, recuerda cuando las mujeres del pueblo iban al rianxo de la plaza de O Carballiño a traicionar sus pimientos, verde pálido de 90 gramos la dispositivo. Asimismo salía para ciudades como A Coruña y Santiago desde Barbantes. “La cesión de los pimientos dejaba mucho billete en las casas y era un complemento importante en la pertenencias frecuente. Lamentablemente hoy ya no se encuentra a la cesión, ni a nadie que lo cultive ni siquiera para consumo propios, al menos que yo sepa”, explica Vázquez. La misma suerte corrió el Ourense verde, el más incógnito de los pimientos ourensanos, tal vez por su similitud en forma y tamaño con el denominado genéricamente como “pemento do país”.

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