Es indudable que si hay poco que causa mucho ruido en el debate poltico espaol es la confusin (normalmente interesada) entre responsabilidad jurdica -casi siempre, penal- responsabilidad poltica e incluso la mnima tica o la simple prudencia, si se prefiere, que deberamos exigir a un poltico con importantes responsabilidades institucionales y a su entorno acostumbrado ms inmediato. Tomemos el meditico caso de Begoa Gmez: desconozco sincer
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