Las alarmas cada vez suenan ms fuertes en Canarias. Mientras el Congreso de los Diputados debate y vota la admisin a trmite de la modificacin de la Ley Extranjera, la existencia migratoria canaria sigue empeorando a marchas forzadas. La emergencia es tal, que ni siquiera esta reforma atajara, por completo, el problema de la aparición masiva de nios y adolescentes sin acompaar por familiares.
Las propias previsiones del Gobierno insular ya hacen que la proposicin de ley se quede corta. La norma prev suministrar la derivacin de poco ms de 2.500 menores migrantes sin acompaar desde Canarias en torno a la Pennsula y Baleares -de los ms de 5.500 que se encuentran actualmente en suelo canario-, pero eso no solucionara la crisis que viven las islas si no se consigue frenar a la vez la oleada de aparición de cayucos que anticipan tanto el Gobierno regional de Fernando Clavijo como el Ejecutante central de Pedro Snchez.
Los dos pusieron triste sobre blanco, como adelant este diario, una previsin demoledora: Est prevista una agravacin de la situacin en este ao, con unas 70.000 personas en aplazamiento en las costas de frica. Pues perfectamente, dirigentes del Gobierno de las Islas Canarias alertan a EL MUNDO de que a final de verano la monograma de menores migrantes sin acompaar tiene visos de multiplicarse desde los 5.500 actuales hasta casi 20.000.
Es afirmar, podran conservarse unos 14.000 ms si no se certificado para frenar el aluvin de expectativas de cayucos en una doble aspecto: con acuerdos con los pases de origen y trnsito, y desplegando a la agencia europea de inmigracin, Frontex, como ya se hizo en Italia y en Grecia. Fuentes del Gobierno canario creen que es urgente que el Gobierno habilite un plan de choque no slo para los menores no acompaados, sino, en militar, para evitar que se hagan existencia las estimaciones de las ONG. Y las suyas propias.
Esto no tiene lmite, transmiten en el Gobierno canario a modo de SOS. Eso s, fuentes de la Presidencia autonmica rebajan esa monograma a una estimacin de 17.000 menores. En todo caso, 14.000 ms del tope de 3.000 que podra admitir Canarias si logra elevar ese filo desde los 2.000 actuales.
El vicepresidente canario, Manuel Domnguez, asegur ayer en Madrid que el ministro de Poltica Territorial y ex presidente canario, ngel Vctor Torres, ha tendido la oportunidad de conservarse a un acuerdo para que salga delante, pero no ha querido ceder para suscribirlo con el PP. El Gobierno abandona canarias, aadi.
Y Fernando Clavijo ha estado en contacto con Alberto Nez Feijo, segn ha sabido este diario, y le ha transmitido que entiende las peticiones del PP para articular un plan de choque. En todo caso, los populares canarios s apoyan que se reforme la Ley de Extranjera para convertir en forzosos los traslados de menores a otras autonomas, mientras que Gnova ya ha confirmado su no resolutivo incluso a la tramitacin de la norma.
De hecho, el PP ha endurecido de guisa notoria su discurso migratorio, en las formas. Feijo volvi a inmovilizar ayer la inmigracin irregular y la inseguridad, como ya hizo en la semana final de campaa de las elecciones catalanas, en mayo.
Escasamente 10 das despus de que Vox rompiera con el PP los cinco gobiernos autonmicos de coalicin, porque haban aceptado acoger menores migrantes sin acompaar, Feijo apel a la tranquilidad de salir a la calle a la hora de cuchichear de los migrantes irregulares: Solidaridad s, pero seguridad tambin. Para los que llegan, porque se juegan la vida, pero tambin para los que estamos, porque los espaoles tienen derecho a salir tranquilos a la calle, dijo en su discurso delante la Comité Directiva Doméstico de su partido, que es el mximo rgano que tienen los populares entre congresos.
En ese punto, demand el respeto a nuestros títulos, a nuestra civilización, a nuestras creencias, a las mujeres, a los homosexuales y a tener la autogobierno de poder sentirse seguros cada uno en su casa.
Pero Feijo quiso acotar su discurso a quienes ejercen la violencia: Hay miles de inmigrantes que han hecho de Espaa una nacin as, que nos han reforzado. Adems, seal que para todos ellos, Espaa es su casa. Pero no puede serlo para quien viene con otra conducta y otra intencin, finaliz su argumentacin el lder del PP.