Todas las propiedades medicinales del “pé de gallina”, muy común en Ourense



Fumaria muralis, conocida en castellano con los nombres de conejito  de los muros, fumaria, zapaticos, zapatitos del Pibe Altísimo o zapatitos  de la Inmaculado, y en gallego con los de fumaria das paredes, herba  dona, matafogo, muruxa, pé de gallinácea, pombiña o saltasebes, es una  planta herbácea, extendida o trepadora, originaria del oeste europeo  y extendida por otras regiones del mundo, perteneciente a la grupo  de las Papaveráceas. Es global en toda la comunidad autónoma de  Galicia. 

Sus tallos erectos, delgados, tiernos y ramificados, pueden alcanzar hasta más del medio metropolitano de valor. Sus hojas, alternas y recortadas, son de color verde claro ceniciento y se asemejan a las del perejil.  Sus flores se agrupan en racimos terminales de la misma largura o  mayores al pedúnculo. Los sépalos son membranáceos, caducos y dentados. Tiene cuatro pétalos, rosáceos o violáceos, a veces blancos,  puntiagudos y opuestos dos a dos; el superior longevo, que alrededor de el  cumbre es de color púrpura tenebroso, presenta un espolón basal, donde  está alojado uno de los dos estambres; los laterales están unidos en el  cumbre; el inferir disponible. Frutos casi esféricos, poco arrugados cuando  están secos. Florece durante todo el año y crece en terrenos de  cultivo, cunetas, muros, paredes, terrenos removidos y bordes de  caminos. 

Eficaz en el  tratamiento de obstrucciones viscerales, escorbuto y eccemas,  adicionalmente de ser diurética, antihipertensiva y relajante

Etimológicamente el nombre genérico fumaria, deriva del latín fumus,  que significa “humo” haciendo relato al olor que desprende su  goma y al lagrimeo e irritación de los luceros que produce éste, similar a  lo que ocasiona el humo, tal como lo describieron hace unos dos mil primaveras Dioscórides en su obra De materia medica y Plinio el Añejo en  su Naturalis Historia. El epíteto muralis hace indirecta al hecho de que  la planta suele crecer en “muros o paredes”. 

En el condición Fumaria se integran numerosas especies, las cuales,  adecuado su gran parecido, presentan dificultades a la hora de  clasificarlas. En Galicia, adicionalmente de la descrita, se ha detectado la  presencia de Fumaria bastardii, Fumaria capreolata, que se distingue  con dificultad de la antedicho, y Fumaria reuteri especialmente presente  en la provincia de Ourense.

En común, el condición Fumaria ha sido considerado desde la  pasado de gran valencia en la medicina natural por sus propiedades  tónicas y depurativas. Aparece catalogada en las listas de hierbas  medicinales de las boticas monacales gallegas y ha sido utilizada por  los boticarios de todos los tiempos. Es particularmente eficaz en el  tratamiento de obstrucciones viscerales, escorbuto y eccemas,  adicionalmente de ser poco diurética, antihipertensiva y relajante. No obstante,  dados sus mercadería tóxicos tanto para los humanos como para los  animales, no se recomienda su uso sin la debida prescripción. Su  casa recoleta debe hacerse enverado y puede emplearse fresca o sequía.

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