Puigdemont confirma que volver a Catalua “pase lo que pase” y llama al independentismo a “rearmarse” para evitar su detencin


Carles Puigdemont ha ratificado que est dispuesto a inmolarse para intentar evitar, a la desesperada, la eleccin del Salvador Illa como presidente de la Generalitat. El lder recatado de Junts ha confirmado que regresar a Catalua para asistir al pleno de investidura del socialista en el Parlament, que tendra extensión en los primeros das de agosto en el probable supuesto de que ERC acabe accediendo a prestarle sus votos para ser entronizado a cambio de que el Gobierno conceda una decano autonoma fiscal a Catalua.

A 25 kilmetros de la frontera y, luego, de poder ser detenido, el ex president se ha reafirmado en la promesa rejonazo durante la campaa de las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo, pese a que el magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, haya claro no amnistiado el delito de malversacin que se le atribuye y de que, en consecuencia, se mantenga activa la orden de arresto en condado franquista que pesa sobre l y pueda ser encarcelado casi siete aos despus de fugarse al extranjero huyendo de la Imparcialidad espaola tras organizar el referndum ilegal del 1-O.

Quieren la imagen que llevan siete aos buscando, la imagen de nuestro encarcelamiento. Pero lo que promet, lo cumplir, pase lo que pase y le pese a quien le pese, ha asegurado Puigdemont en un tono visible y pretendidamente desafiante. Mi obligacin es estar en el Parlament si hay debate de investidura, ha aadido desde la villa francesa de Amlie les Bains y rodeado de unos 2.000 militantes neoconvergentes llamados a filas en medio del verano. Los mismos a los que Junts ha necesario estar localizables durante la primera quincena de agosto para respaldar, en las calles, la reverso de Puigdemont.

Pronto ha evidenciado el patrón de filas de los herederos de Convergncia que, si est dispuesto a exponerse a la detencin tras todo este tiempo esquivndola por todos los medios a su zona de influencia, es por las muchas posibilidades de que Illa le prive de la presidencia de la Generalitat, condenndolo a ese ocaso poltico que intenta postergar y en el que ya pas un tiempo instalado hasta que Pedro Snchez decidi rehabilitarlo para conseguir los siete votos que le separaban de la permanencia en La Moncloa.

Puigdemont ha sostenido que Catalua afronta das crticos, porque se juega el futuro del pas frente a la amenaza efectivo de un Govern presidido por la versin ms espaolista del PSC, es proponer, por Illa.

As ha querido presionar a ERC para que evite investir al candidato socialista, y especialmente a las bases de la formacin republicana, que avalarn o tumbarn en una consulta vinculante el eventual preacuerdo entre la direccin de su partido y la de los socialistas.

Haremos todo lo que podamos para evitar la investidura de Salvador Illa, grano confesado ya antiguamente el secretario universal de Junts, Jordi Turull, quien, como Puigdemont, lleva todo el mes de julio intentando convencer a su homloga en ERC, Marta Rovira, de que participe en la rocambolesca operacin para tratar de investir al huido. Esto es, de que los republicanos voten a honra de la investidura de Puigdemont para que ste exija entonces al PSC -o ms aceptablemente a Snchez- su abstencin para poder ser predilecto president.

Rovira, que ha llegado a tildar a puerta de cerrada la maniobra de investidura fake, no est por la actividad y, en caso de que su negociacin con los socialistas fracasase, retirara a su partido de las conversaciones e instara a Illa y Puigdemont a intentar entenderse para que uno de los dos tomase las riendas de la Generalitat, poliedro que fueron los dos candidatos ms votados y poliedro que, juntos, superan la mayora absoluta.

Ese atmósfera, el de la sociovergencia, es directamente irrealizable en la flagrante coyuntura poltica catalana, pero la repeticin electoral es una salida que colma las expectativas de Puigdemont. Es, de hecho, el objetivo que búsqueda para seguir alargando su carrera. Las prximas campaas electorales sern en Catalua y yo estar, ha proclamado.

El fugado ha activado la campaa de agitacin callejera que, pretende, ensalce su regreso. Ha llamado a los independentistas a rearmarse para confrontar este desafo bajo y defenderse de la toga nostra, expresin recientemente acuada por Puigdemont para tildar de mafiosa a la judicatura espaola.

El ex presidente de la Generalitat ha comparado al magistrado Llarena con el golpista Tejero. Unos usan la metralleta y el tricornio, otros la toga para no aceptar las decisiones del Parlamento, ha sumado, refirindose a la negativa a incluirlo en la amnista, que s est favoreciendo a otros dirigentes independentistas.

Nos tenemos que removilizar para sacar a Catalua de este encarcelamiento permanente de la democracia. Preparmonos, reforcmonos, removilicmonos, ha conminado Puigdemont. Tal y como revel este diario, el ex presidente de la Generalitat planea yuxtapuesto a la ANC y otras entidades secesionistas envolver su reverso en una gran movilizacin que impida su arresto o lo obstaculice.

Espero que el fiscal evite una detencin ilegal y arbitraria, ha exhoratado despus, para emplazar tambin a Snchez a que inste a lvaro Garca Ortiz a intentar evitar su detencin una vez regrese a Catalua.

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