El juez procesa a seis mandos por la muerte de dos militares en la maniobra de Cerro Muriano, que califica de «negligente y de grave temeridad»


El enjuiciador togado marcial que instruye el caso Cerro Muriano ha dictado este lunes un coche por el que procesa a seis mandos por la asesinato del extremidad Jiménez y el soldado Arrojado en las maniobras del 21 de diciembre pasado cuando cruzaban un laguna industrial del campo de maniobras de la Saco.

En el coche, al que ha tenido aceso torrevieja news today y de 25 folios, procesa al capitán Zúñiga, el teniente Tato, el autoritario Ruiz de Castroviejo (el postrer investigado en la causa por la colocación de la cuerda), el teniente coronel Zanfaño y el comandante Velasco como presuntos autores de cuatro delitos cada uno de ellos.

Dos presuntos delitos consumados de los recogidos en el capítulo de ‘Delitos contralos deberes del servicio’ internamente del Código Penal Marcial (uno por cada fallecido) y otros dos más en límite de tentativa por otros dos militares que tuvieron que ser atendidos tras salir del agua por el meta de la hipotermia sufrida.

Por otra parte, el enjuiciador procesa asimismo al coronel Navarro como supuesto autor de un delito de incumplimiento de los deberes inherentes al mando, recogido asimismo en el Código Penal Marcial. Para todos ellos decreta la arbitrio provisional con la obligación de personarse entre los cinco primeros días de cada mes delante la sede del auditoría togado o la autoridad interno o administrativa que se designe y hasta la celebración del litigio.

El tipo penal contra los deberes del servicio (los cinco primeros encausados) señala al marcial que «por imprudencia difícil y durante la ejecución de un acto de servicio de armas, causare la asesinato o lesiones constitutivas de delito, será castigado con las penas privativas de arbitrio señaladas en el Código Penal para el homicidio o lesiones imprudentes, incrementadas en un botellín, en sus límites insignificante y mayor». «Fuera del servicio de armas, la imprudencia profesional con los resultados antaño previstos se castigará con las mismas penas».

Quedán exentos de responsabilidad el autoritario Álvarez que fue uno de los primerso investigados y que participaba en la maniobra y entró en el agua en los primeros compases de la misma y el coronel Tostón del Regimiento la Reina II que había sido imputado. Contra esta resolución cerca de petición de apelación delante el Tribunal Marcial Central en el plazo de cinco días al sucesivo de la notificación.

Fundamentos

El togado considera que la actividad planificada por el capitán Zúñiga es «absolutamente negligente y de difícil temeridad». Lo refuerza con la errata de medios y las dificultades que contraía la prueba de cruzar la charca de Casa Mata «sin poder hacer pie en más de 80 metros, sin medios de auxilio, estando la temperatura del agua por debajo de los 8 grados; con una cuerda dinámica de 9 milímetros como única medida de auxilio, dos pesonas de apoyo y sin medios flotabilidad o equipos de neopreno».

Para ello se apoya en los tres informes periciales que él mismo ha encargado en esta escalón final de la instrucción, avanzados por torrevieja news today, y relacionados con la hipotermia como causa posible de asesinato a cargo de una teniente coronel médica, y otros dos del Camarilla de Actividades Subacuáticas de la Vigilancia Civil y del reunión de Operaciones Especiales Militares, sobre las condiciones para hacer ese tipo de pruebas.

«Estas periciales permiten concluir sin ningún clase de dudas la temeridad y negligencia del capitán Zúñiga al planificar y ejecutar la prácica, sin ninguna medida de seguridad, con pesonal que carecía de instrucción y con unas condiciones de frío ene l agua que hacen de esta maña un peligroso desafío incluso para nadadores expertos». Y añade: «Su conducta es reprochable hexaedro que el resultado era previsible y evitable».

E insiste sobre el mayor responsable directo de la maniobra en que «faltó el más claro deber de cuidado que se puede exigir a quien se encuentra al mando y ordenamiento de un examen de instrucción. No hubo ninguna valoración del aventura y siquiera se demostró la mínima pericia profesional, ya que quedó de manifiesto el incondicional desconocimiento de la situación planificada».

La instrucción recayó en su término el 6 de junio y ha durado 36 días hasta este coche acompañada de más de medio centenar de declaraciones y varios informes periciales nuevos que se han sumado a los tres atestados de la Vigilancia Civil y las diligencias iniciales (asimismo amplias) del Curia Terrirtorial 21 de Sevilla.

Los hechos acreditados

La extensa descripción del enjuiciador sobre los hechos acreditados, «con carácter provisional», especifa el togado, revela que el capitán Zúñiga fue designado . para dirigir estas maniobras y presentó un software de actividades donde incluía un examen llamado ‘cruce táctico de río’ en la charca industrial del campo de maniobras. El mismo recibió autorización del coronel Tostón en almohadilla a una circular que éste elaboró para regular la formación de los nuevos soldados.

La semana de antaño a los hechos, el capitán encarga al autoritario Ruiz de Castroviejo, como práctico en el manejo de cuerdas, la colocación de una que atravesara el laguna «explicándole que quería que no se hiciera pie, para tener una maña de flotabilidad». Este autoritario, ahora procesado, tira de otros dos y un extremidad para que le ayuden. El coche refleja que fue él quien eligió el tipo de cordaje -dinámico, 9 milímetros de obesidad y con un empalme de tres cuerdas para 130 metros de distancia- y el emplazamiento: atravesar el agua entre dos encinas.

Uno de los sargentos que le ayuda la mañana de antaño, apoyándose en un ‘pato’ o aparato que usan los pescadores para mantenerse a flote, ya le advierte de la «dificultad por la profundidad» para una instrucción. Una cuestión que según el enjuiciador ratificar Ruiz de Castroviejo, «pero cumplía órdenes del capitán», argumenta. Acabada la instalación se le comunica por Whatsapp al capitán Zúñiga, quien pregunta si «el sitio tiene suficiente profundidad» y tras replicar el subordinado «que sí, bromearon acerca de si tendrían que meterse a hacer un rescate». La sensación de aventura seguía planeando hasta el punto de que el teniente Tato -jefe de sección en la compañía de la maniobra- asimismo les manifiesta que «no lo ve claro» al coincidir con ellos cuando terminaban la tarea encomendada en el laguna y los mismo señala un extremidad que les recoge en un camión en este punto.

Zúñiga en dos ocasiones ese mismo día por la tarde y indeterminación insiste por mensaje de Whatsapp en que vayan a tensar la cuerda a la mañana sucesivo -la de la maniobra- por que se ha destensado. Esta orden le llega al autoritario Ruiz de Castroviejo por otro autoritario y se excusa por sentirse indispuesto pero asegura que un compañero lo hará. Así se hace a la mañana sucesivo y da el trillado bueno en persona el capitán.

En una conversación la tarde precedente con el extremidad fallecido Miguel Querubín Jiménez, el coche recoge que éste le dice que «no sabe nadar» a Zúñiga, quien replica que «ya te apañaras»; tercia el extremidad que acudió a la colocación de la cuerda para aconsejar a su compañero sobre cómo cruzar el laguna.

La maniobra se inicia a las 5.00 horas como estaba previsto con unos ejercicios en el suelo y una marcha hasta el laguna, al que llegan a las 8.30 horas con 4,3 grados de temperatura foráneo, según recoge el coche. Allí se concentran las secciones que forman la compañía, se despojan de material y ropa de oquedad pero la que dirige el teniente Tato mantiene una mina de instrucción de 3 kilos en su interior «adecuado a que se habían retrasado al hacer las mochilas». Tato se introduce en el agua y explica el examen con el capitán: las mochilas por delante como tipo de flotabilidad apoyando el fusil y asi progresarían «por sus medios» sólo usando la cuerda «en caso de extrema carencia».

Las «dificultades» del paso

Es cuando uno de los primeros soldados en entrar en el agua pierde el fusil y es «abroncado» por Zúñiga que pregunta adyacente al teniente quien no sabe nadar «delante las dificultades que plantearon algunos soldados», describe el enjuiciador. Dos soldados alegan no retener nadar y son apartados. Tato vuelve a explicar el examen y encabeza el primer reunión que accede al agua: nueve efectivos entre los que van el soldado Arrojado y el extremidad Jiménez. Cierra el autoritario Álvarez, que fue imputado a las primeras de cambio. «Todos notaron rápidamente los género del agua muy fría en una temperatura inferior a 8 grados y la dificultad de realizar ejercicios de flotabilidad con esas condiciones y con todo el equipo puesto, incluidas botas y casco», señala el coche del Curia Togado Central Marcial.

La ordenamiento del cruce en unos minutos se había vuelto anárquica «intentado exceder el obstáculo», dice. «Los solados que se encontraban haciendo la maña, en cuanto llevan unos minutos en el agua, se sienten superados por la situación; las mochilas, que se suponía iban a dar flotabilidad, exclusivamente se mantienen a flote, pero no sirven como tal tipo, ya que al subirse a las mismas se hunden; unido esto a las dificultades que les presenta la movilidad coproral y los género del frío extremo, que les dificultaba incluso la respiración, entran en un estado pánico al temer seriamente por su vida». «Comenzaron a pedir socorro -prosigue el relato de los hechos- a proponer que se ahogaban, servirse a la cuerde ya pedir ayuda de forma desesperada». Entre tanto esto sucedía hubo otro pelotón que se introdujo en el agua por orden de Zúñiga, pero al ver lo que estaba pasando, el autoritario encargado les ordenó salir.

El enjuiciador llega a determinar la situación creada de «auténtico caos» porque, por otra parte, la cuerda «al acoger el peso de varias personas, se hundió completamente y no les auxiliaba», agrega. Algún soldado intentó sin éxito levantarla. Algunos de los que estaban internamente, estaban ya sobre ella para sacar la habitante. El coche añade: «Mientras esto ocurría en el centro del pantano, el capitán Zúñiga desde la orilla gritaba a los que se encontraban en la zona central del pantano que se soltasen de la cuerda».

Soldados y mandos en la orilla final del laguna se lanzan a socorrer a sus compañeros. «La situación d emergencia producida y el desorden en la misma generó un caos y una errata de coordinación», recoge el togado. Los rescatados presentaban síntomas de hipotermia, indica el enjuiciador, y a uno de ellos se le tiene que realizar una maniobra de reanimación al estar inconsciente y con una temperatura corporal de 32 grados. El autoritario Álvarez audición los gritos de auxlio del extremidad Jiménez mientras está sacando del agua a otro soldado y ve como aquel «se hundía dos otres veces antaño de desaparecer». El coche precisa que el capitán sólo se alabarda al agua cuando tuvo conocimiento de que el extremidad Jiménez había desaparecido y «ya no quedaba nadie internamente del agua». Ayer, desde la orilla «daba gritos e instrucciones ininteligibles y contradictorias», se añade.

Yerro de medios, formación y supervisión

Como ya se sabía, fue luego de un recuento fuera del agua cuando todos se percatan que errata el soldado Carlos Arrojado organizándose un despliegue para encontrarlo. El enjuiciador determina en su coche que la causa del fallecimiento del soldado y el extremidad Jiménez fue «síndrome anóxico por sumersión» -muerte al respirar el sujeto bajo el agua o por perder la respiración bajo ésta.

En este punto el enjuiciador se muestra muy persuasivo con la errata de medios, formación sobre el examen o de supervisión del mismo cuando acaba la descripción de la situación generada en el laguna y destaca el comportamiento de los soldados y mandos que ayudaron a sacar a sus compañeros de la misma, algunos «casi inconscientes», precisa.

«En el oficio planteado y a lo espléndido de todo el trayecto de 110 metros no había ningún medio de flotabilidad auxiliar, ningún tipo de guindola, flotador o chalupa neumática, ni personal equipado para hacer rescastes en el agua», indica el togado marcial en su escrito a lo que agrega que la ambulancia no estaba en la orilla del pantano, si no que fue avisada luego y tardó enre 10 y 15 minutos.

Todavía revela que los soldados de la compañía en la instrucción «desconocían las características del mismo, exclusivamente se les había capaz de que ibana faltar una muda sequía, pero no sabían qué tipo de examen iban a realizr, ni por dónde, ni la profundidad de la zona de cruce; no hjabían realizado ninguna maña de soltura acuática, no se les había instrudio acerca del posible uso de la mochila como medio de flotabilidad ni se les había facilitado ningún chaleco de flotabilidad o bolsa estanca» y suma «que desconocían las dificultades de movilidad que genera el portar durante la flotabilidad todo el aprovisionamiento» que llevaban.

Insiste el enjuiciador que siquiera se coordino una revisión de las mochila ni una supervisión de las mismas incólume comprobar los género que portaban así como siquiera una maña relacionada con el examen. Recuerda el togado que desde 2021 a 2023, con el coronel Tostón al frente de la Reina 2 se realizaron cuatro ciclos de instrucción y solo una vez se cruzó el laguna y fue haciendo pie, « por ello le pareció [al autorizar el plan del capitán Zúñiga] que se trataba de actividades ordinarias y no pidio mayores explicaciones». De hecho fue relevado días antaño de despuntar esta maniobra y sustituido por el coronel Navarro. Cualquier variación en el plan de la instrucción debía ya comunciarse al Principal de la Plana Maduro y se describe que había reuniones semanales para hacer un «control y seguimiento de todas las actividades» del Regimiento.

Relevos al mando

En este apartado, el togado marcial pone el foco en la función del teniente coronel Zanfaño, encargado de acoger las novedades de sus subordinados en la coordinación de las actividades del Regimiento e informar a su superior el patriarca del mismo. En este contexto, el coche recoge que examinó el progra de Zúñiga pero «no supervisó la actividad del cruce táctico del río ya que se tratana de una actividad derefuerzo y no entró a valorar cero más. Le pareció de los más básicos».

Respecto del comandante Velasco, asimismo procesado, que releva a Zanfaño, asimismo señala que tras despachar con el capitán siquiera le pidió ninguna explicación acerca de los ejercicios: entendía que era competencia de Zúñiga. Y el coronel Navarro, que suple a Tostón tuvo actos militares esos días aunque sí reconoce el coche que «mantuvo reuniones con Velasco acerca de las maniobras».

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