Sánchez concede el concierto económico a Cataluña, que saldrá del régimen común, para que Illa sea presidente


Primer paso cumplido. La dirección de ERC ha donado su pasado bueno al preacuerdo que han atrapado los equipos negociadores del PSC y ERC para que los 20 diputados independentistas de ERC en el Parlamento de Cataluña voten «sí» a Salvador Illa. Se inicia así la segunda grado: que la militancia de ERC ratifique el pacto que llevará la firma de Marta Rovira y que solo en los últimos días ha incompatible poco de competición interna, en principio insuficiente como para tumbarlo. Si la mayoría de los 8.700 militantes de ERC dicen «sí», Illa será el próximo presidente de la Generalitat.

El contenido al detalle del preacuerdo no se ha hecho manifiesto este lunes pero Raquel Sans, portavoz de ERC, tras la reunión de la ejecutiva ha donado los detalles. En extracto: el PSOE ha cedido a todas las reivindicaciones de ERC en materia de financiación, Cataluña tendrá un concierto financiero y saldrá del régimen popular de la financiación de las autonomías. «Cataluña sale del régimen popular. Cataluña pagará al Estado por los servicios públicos que preste y pagaremos una cuota de solidaridad que se fije. Sí, saldremos del régimen popular», ha confirmado Sans.

La portavoz independentista ha señalado que, gracias a este acuerdo, la Agencia Tributaria de Cataluña «gestionará, recaudará, liquidará e inspeccionará el 100% del IRPF» que se pague en Cataluña ya en 2025, y se irá extendiendo al resto de impuestos (IVA, Sucesiones…) a lo dilatado de los siguientes abriles y, a partir de que el preacuerdo se transforme en un acuerdo firmado por los dos partidos, se iniciarán los trámites para las modificaciones legales necesarias. «Habrá las modificaciones legales necesarias para que Cataluña tenga la picaporte de la caja y la cobro del 100% de los impuestos y entremos en el concierto financiero», ha reiterado Sans.

Más allá de lo pactado en materia de financiación, el preacuerdo incluye apoyar la consejería de feminismos, creada por el gobierno de Aragonès, y una nueva de política filología, para que el Govern de Illa trate de hacer frente a «la ataque sumarial», en palabras de Sans, para que se aplique el bilingüismo en las escuelas tal y como ordenan los tribunales. De la misma guisa, el PSC participará de una «convención doméstico para la resolución del conflicto político» que se creará en el Parlament, presidida por ERC, para que los partidos que participen en ella propongan avances en la independencia de la comunidad y sus medidas.

Así, para ERC el preacuerdo es muy bueno. Sans ha obligado que a lo dilatado del día ha habido «movimientos del PSOE», sugiriendo que se hacían con el pasado bueno de La Moncloa pero no del Servicio de Hacienda, en la tangente de las demandas independentistas para asegurar el preacuerdo y aventajar «la sensación de desconfianza con el PSOE», a pesar, ha admitido, de que en los últimos meses los secesionistas han conseguido del Gobierno de Pedro Sánchez los indultos, el cambio del Código Penal para eliminar la sedición y la aprobación de la ley de Indulto. «Es un paso de hércules. Con este preacuerdo, Cataluña estará mejor preparada para conseguir la independencia», ha defendido.

Un mes y medio, aproximadamente, a posteriori del inicio de los primeros contactos entre el PSC y ERC, se ha cerrado un preacuerdo, cuyo detalle se dará a conocer en los próximos días, que satisface mucho a la dirección de ERC en materia de financiación, avanza en la respuesta de la posibilidad del «conflicto político» y, básicamente, comercio de acorazar el catalán para que la Ecuanimidad no pueda aplicar el bilingüismo. De esta guisa, el PSC se garantiza los 68 diputados de un tripartito de izquierdas, al sumar a los 20 de ERC los seis de Sumar, que se dan por descontados tras semanas de conversaciones.

A lo dilatado del lunes, la cúpula de ERC ha mantenido una reunión maratoniana (arrancando a las 9.30 y hasta las 19.30 horas) en la que Rovira y los negociadores han ido explicando el preacuerdo con los socialistas y los avances de última hora que se iban negociando con el PSOE. En la ejecutiva (unas sesenta personas) se han escuchado voces que han pedido a la dirección anciano concreción a la hora de aplicar el pacto, sobre todo en materia de financiación, para que un cambio de Gobierno no anule lo estipulado en el preacuerdo. Estos serían los detalles que faltarían por aclarar, a la calma de conocer el documento que deben sellar los dos partidos.

En las últimas horas se han ido produciendo voces internas de ERC contrarias al pacto con el PSC, sin conocer, eso sí, el detalle del acuerdo. A la crítica, efectuada hace unos días, de un género minoritario de militantes se han sumado la de la diputada en el Congreso Pilar Vallugera y los exdiputados en el Parlamento catalán Carles Castillo y Jordi Orobitg. Todavía se ha posicionado en contra Joan Plana, portavoz de ERC en la Diputación de Gerona, y el senador Joan Queralt, que aunque no ha sido palmario a la hora de oponerse a que ERC haga presidente a Illa sí lo ha sugerido entre líneas.

Hoy asimismo se ha reunido, por la tarde, la ejecutiva del PSC. El choque ha durado unos 45 minutos y no se ha convocado a la prensa luego para dar explicaciones. Si la militancia de ERC ratificar el pacto, que votará el viernes, se pondrá en marcha el procedimiento parlamentario para la sesión de investidura. Será Josep Rull el que, tras una ronda de consultas con los líderes políticos, fije la viaje que volverá a soportar al PSC a la Generalitat, tras los gobiernos de Pasqual Maragall (2003-2006) y José Montilla (2006-2010). Será entonces cuando asimismo se sabrá si Carles Puigdemont, líder de Junts y candidato a la presidencia, decide cumplir con una de sus promesas electorales y que ha mantenido hasta la época: retornar a España para la investidura. Pesa sobre él una orden de detención del Tribunal Supremo.

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