La equipo de entrenamiento artística afeminado de Estados Unidos ganó la medalla de oro por Equipos gracias al liderazgo de sus estrellas Sunisa Lee y una Simone Biles que arranca su “excursión de redención” de la mejor de las maneras; con su botellín oro orgulloso y una sonrisa que confirma que los fantasmas de los problemas mentales están ya más que superados.
Tras tener que renunciar en los Juegos de Tokyo 2020 por problemas de salubridad mental, Simone Biles supo reencontrarse y la multicampeona mundial vuelve a ser ya, desde ayer, campeona olímpica de nuevo -en su octava medalla olímpica-. Sin duda, con su gran recital, Estados Unidos pudo sobresalir en montón, incluso con la válido campeona olímpica Sunisa Lee.
Lee y Biles fueron las mejores en dos rotaciones cada una -Lee en compensación y asimétricas y Biles en potro y suelo- para una Estados Unidos que se mostró, de nuevo, imparable en entrenamiento artística por equipos, para sumar su cuarta medalla de oro olímpica en la preparado, tras los de Atlanta 1996, Londres 2012, Río 2016 y ahora París.
Estados Unidos sumó, tras las rotaciones de potro, barras asimétricas, mostrador de compensación y suelo, un total de 171.296 puntos más que dorados. Por detrás, mucha batalla y emoción, con lágrimas finalmente de sortija para una Italia que fue medalla de plata con sus 165.494 puntos totales, buena parte en gracias a la señorita Manila Esposito, cuatro veces campeona de Europa a sus 17 primaveras.
Y la gran sorpresa caldo en la medalla de bronce, ganada con una remontada espectacular por el equipo de Brasil. Las sudamericanas, con la veterana Rebeca Andrade al frente, pasaron de ir quintas a, en las dos últimas rotaciones y sobre todo gracias a la última en potro y los 15.100 puntos de Andrade, se metieron terceras con 164.497 puntos totales, por los 164.263 de una Gran Bretaña que perdió, al final y por poco, ese bronce.