Según esa versión, el imputado ingresó al negocio a buscar cerveza pero el gerente se negó a venderla ya que el reglamento impide hacerlo durante las primeras horas de la mañana. Más tarde, dice la fiscalía, volvió al interior y colocó una barra de metal encima del mostrador mientras pedía la caja registradora.
El empleado se negó y lo enfrentó a pesar de que intentó golpearlo con la barra. Incluso intentó llamar a la policía con su teléfono móvil y lo abofetearon. No resultó herido pero sus gafas, valoradas en 1.160 euros, se rompieron al caer al suelo.
Finalmente, al ver que no lograba su objetivo debido a la resistencia del gerente, afirma la acusación pública, abandonó el negocio. Poco después fue detenido por agentes de policía.
El fiscal exige tres años de prisión aplicando la agravante de reincidencia ya que anteriormente fue condenado por otros robos.
El juicio estaba previsto ayer en el Penal 2 pero fue suspendido porque el abogado no pudo asistir por motivos justificados.