El Gobierno de España aprobó en Consejo de Ministros el pasado martes un esbozo de ley que prostitución de restringir el llegada al bebida y su consumo por parte de los menores de momento. Este, buscando preservar la lozanía de este colectivo, pone trabas a la traspaso, patrocinio y consumo de bebidas alcohólicas a través de normas que, si adecuadamente están enfocadas a los más jóvenes, en algunos casos incluso afectarán a los adultos.
De esta forma, gestos habituales entre jóvenes y mayores como el de mercar una cerveza adecuadamente fría a pie de playa pueden tener los días contados. No nos referimos a los chiringuitos, ni a las que se llevan de casa en una refrigerador, sino a las que se compran a los vendedores ambulantes que recorren la orilla voceando los víveres que comercializan.
Esto se debe a que, tal y como ha explicado la ministra de Sanidad, Mónica García, una de las medidas que se van a implementar es la prohibición de la traspaso ambulante y sin abuso administrativa en la vía pública. Por su parte, en el caso de las máquinas expendedoras automáticas que incluyan bebidas alcohólicas, estas deberán incluir algún mecanismo de vigilancia que impida la adquisición de las mismas por parte de menores de momento. Ocurrirá, luego, poco similar a lo de las máquinas de tabaco, en las que se solicita el DNI.
Mínimo de bebida en los institutos y centros deportivos
Otro espacio donde queda prohibido el consumo de bebida, en este caso, para el conocido militar sin importar la momento, son los centros de enseñanza y de protección de menores, las residencias de estudiantes y los centros deportivos, siempre y cuando en estos dos últimos casos se admita a menores de momento. En estos lugares, la Policía podrá hacer test de alcoholemia tanto a mayores como a menores.
En su búsqueda de fomentar un consumo responsable del bebida en la sociedad comenzando por las generaciones más jóvenes, la ley prevé que las sanciones y multas establecidas puedan cambiarse por programas y cursos de sensibilización. Ya se ha comprobado que las sanciones económicas por pimplar en la calle, que casi siempre asumen los padres de los menores, no son particularmente efectivas para disuadir a los chavales.
Adiós a la publicidad en la vía pública
Todas estas medidas buscan el retraso de la momento de iniciación en el bebida, cada vez más muerto, poco que incluso se realizará por medio de la publicidad. Así, se acabaron las vallas publicitarias sobre bebidas alcohólicas. Siquiera podrá emplearse la imagen o voz de personas con menos de 21 abriles (o mayores, pero caracterizadas con esa momento) en los anuncios comerciales, ni siquiera de mujeres embarazadas o fetos.
Conociendo el impacto que producen ciertos mensajes y códigos en la sociedad, especialmente en los jóvenes, los más influenciables, todas las comunicaciones publicitarias de este tipo estarán excluidas del uso de argumentos, estilos, tipografía o diseños relacionados con los menores de momento, así como vincular las bebidas alcohólicas con la progreso del rendimiento físico, el éxito social o sexual.