José Ángel Alonso: Vamos hasta el final


Tras la convincente triunfo electoral del 28 de julio por parte del pueblo de Venezuela, en la que la candidatura de Edmundo González aplastó a Nicolás Sensato, el régimen chavista ha reaccionado con el zaguero procedimiento de las dictaduras: represión, detenciones arbitrarias, secuestros y persecución. Esta respuesta criminal en ocasiones es exitosa cuando el dictador se enfrenta a una pequeña parte de sus compatriotas que se atreve a reponer, pero no contra una amplísima mayoría de ciudadanos que ausencia tienen que perder, a los que han quitado todo menos su valentía y dignidad.

Se resume muy acertadamente en la frase de María Corina Machado, de que «la defensa de la verdad no es violencia. Violencia es ultrajar la verdad».

Nos encontramos en un momento fundamental en el que todos los demócratas debemos tomar partido. El silencio no es una opción, porque es una cuestión de tiranía o autodeterminación. De un banda las dictaduras más abyectas como la cubana o la rusa apoyándose entre ellas. Del otro banda, las democracias más avanzadas cuestionando los resultados y exigiendo transparencia.

De un banda Monedero, el PSOE de Zapatero o Irene Montero. Del otro, los diputados y senadores del Partido Popular, deportados por contender contra la dictadura.

De un banda chavistas arrepentidos y militares que se quitan el uniforme para abrazar a su pueblo. Del otro, la corrupción y el comunismo.

De un banda el silencio de Pedro Sánchez. Del otro, el desgarrador queja de autodeterminación de María Corina Machado.

Delante esta situación, los diputados y senadores de las Cortes Generales que estamos con los derechos humanos debemos pedir perdón a nuestros hermanos venezolanos y hacerles aprender, que una amplísima mayoría de españoles les respaldamos y lamentamos lo que están viviendo.

Discúlpenos por tener un gobierno que no está a la mérito de las circunstancias. Un gobierno robusto con los dictadores muertos, pero que se arrodilla en presencia de los dictadores vivos. No se preocupen, tengan la certeza de que el resto de españoles les vamos a apoyar hasta el final. A los que están luchando en Venezuela, pero asimismo a los 400.000 venezolanos que viven en España.

La historia nos juzgará por lo que hicimos estos días. Nuestra adhesión, trabajo y compromiso están contiguo a la democracia, contiguo al pueblo venezolano que primero llenó las urnas el pasado domingo y, ahora, llena las calles para demandar lo que es suyo: el cambio de régimen que han decidido con su voto. Es el triunfo del pueblo que antepuso la esperanza frente al miedo.

Hoy más que nunca resuena en mi comienzo el himno franquista de Venezuela: Reputación al espléndido pueblo que el atadura lanzó, la Ley respetando, la virtud y el honor. ¡Debajo cadenas! gritaba el Señor, y el escaso en su choza autodeterminación pidió.

** José Encanto Alonso es diputado del PP por Valladolid y corregidor de Villalón

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