El Campamento Urbano de Amencer ya está aquí, y exhibiendo a sus 37 abriles una fuerza que se ha ido ganando impresión tras impresión. Según reza en el himno de esta actividad veraniego, para muchos esta cita es el “refresco do verán”, y este se sirvió la primera ronda de trece que los cerca de 600 niños van a residir en los próximos días. Este 2024, volvieron a repartirse por orden de etapa entre tres puentes ourensanos: el del Milenio, el Romano y la pasarela peatonal del centro comercial Ponte Vella, desde donde trocaron su tradicional suelta de globos por un multitudinario aplauso ayudado de hinchables, que fue reforzado por una pequeña traca de pólvora disparada desde el colegio Salesianos, cojín de actividades del campamento durante los próximos días.
“Cremos que xa é o campamento tradicional da cidade”, comentaba desde la ordenamiento Xulio César Iglesias. “Comenzamos con moi poucos rapaces, e agora somos case 600. E así levamos 37 veráns ininterrumpidos. Nin a pandemia puido con nós”, añadía Iglesias. Un símbolo del cariño que levanta este evento lo explicaba Xulio César comentando que “non é un único campanento, son uns 11 ou 12. Quen veña dous anos seguidos, vai facer un montón de actividades distintas”. Otro de sus logros es que consigue convertir a sus participantes en monitores y voluntarios que luego regresan para coordinar las actividades y anexar a los participantes. Iglesias comentaba al respecto “é o orgullo do Campamento Urbano. Os voluntarios e voluntarias foron participantes e hoxe en día son animadores. Iso demostra que a semente segue viva aquí”.
La recorrido inaugural continuó por la tarde en el patio del centro escolar, reconvertido en parque de atracciones para el disfrute de sus acampados; y culminó con la medianoche, cuando el denominado “campamento lozano” (destinado a edades de 15-16 abriles) ofreció a sus asistentes un concurso musical. Faltan otros doce días.
