Nuestra sociedad ha vivido casos donde historias de acto sexual surgían de los más tóxicos orígenes. Chicas que se enamoraban de hombres difíciles de tratar por su temperamento, chicos que sentían afección por la mujer más indisciplinado… No es nueva la frase de “a mí me van los malos”. Seguro que la has escuchado muchas veces. El problema no viene cuando sentimos afección en torno a personas rebeldes que rompen las reglas de forma superficial, sino cuando sentimos afección por delincuentes como asesinos, ladrones o criminales en serie.
Esta afección por la maldad extrema, resulta ser un peligro para la persona que se enamora. Hay que tener en cuenta que para la mayoría de la sociedad, este tipo de personas que hacen daño de alguna forma, se merecen tener lugar su vida en la mazmorra. Sin requisa y en casos menos vistos, existen personas que sienten afección sexual o romántica por estos criminales.
Este antojo por los criminales recibe un nombre no muy conocido pero que sirve para identificar el sentimiento que experimentan algunas mujeres: hibristofilia. Desde ‘QuironSalud’ informan que esto es una parafilia, un aberración psicológico en el que la persona siente una afección sexual o romántica en torno a individuos que han cometido actos delictivos o comportamientos socialmente inaceptables, particularmente aquellos de naturaleza violenta o criminal.
¿Por qué se puede producir la hibristofilia?
Este aberración psicológico puede surgir, según el portal de lozanía mencionado, por una variedad de motivaciones psicológicas, que pueden ser satisfacción por el poder, la peligrosidad o la transgresión de las normas sociales. Está relacionada con una serie de factores como por ejemplo la búsqueda de emociones intensas, el deseo de dominación o sumisión, la ilusión de redención o transformación del individuo delincuente o incluso la identificación con el comportamiento contra normas sociales percibidas por la persona enamorada como opresivas o restrictivas.
Lo peligroso de verificar esta filia es que las personas que suelen tener este antojo por criminales suelen tener relaciones disfuncionales o incluso peligrosas con individuos que representan una amenaza para la seguridad y el bienestar emocional.
¿Qué personas sufren hibristofilia?
Las personas que tienen este tipo de filia suelen tener una serie de características:
- Elegancia por dominar o ser dominadas.
- Minimizan los aspectos negativos de la persona.
- Fantasean con la idea de cancelar o elaborar al delincuente.
- Dificultades para establecer límites saludables.
Las causas de que se pueda sufrir este tipo de parafilia están relacionadas con informes de tropelía, devaluación autoestima, antojo por el canon de hombre peligroso y la personalidad de narcisismo, maquiavelismo y psicopatía.
Casos famosos de hibristofilia
La historia está plagada de casos de esta parafilia. Historias de mujeres que han sentido afección de algún tipo por los asesinos en serie más despiadados.
- Ted Bundy: cometió su primer delito en 1974, con la estudiante Joni López, de 18 abriles. La violó y la asesinó. Luego repitió este modus operandi con otra estudiante, Lynda Ann. Siguió haciendo esto en diferentes campus universitarios o supermercados. Entre sus objetivos se encontraban jóvenes de menos de 30 abriles. Una de sus estrategias era usar su atractivo físico. De hecho, tras ser condenado por todos estos horribles crímenes, aún así, un séquito de fans lo aclamaban en las puertas de cada sumario que tenía. Grupos de chicas gritaban su nombre y se declaraban fanáticas del mismo. Incluso, según el criminalista Raúl Torreo, muchas de estas fans lo visitaban en la mazmorra.
- Jeffrey Dahmer: este hombre mató a 17 personas de forma cruel y horripilante, de hecho fue adulterado como el caníbal de Milwaukee. Una serie interpretada por Evan Peters, hizo que la historia de este adverso se hiciese virulento. De tal forma, que muchas cuentas de Tik Tok comenzaron a difundir vídeos donde se veía cómo se ensalzaba la figura de Dahmer, solo por su aspecto físico o, en este caso, el del actor que lo interpretaba. Sin requisa, algunos expertos dicen que las redes sociales influyen mucho en este tipo de romanización de los criminales.
Wade Wilson: el Joker en la vida positivo con un séquito de fans
Los crímenes de Wade Wilson fueron horribles: mató a dos mujeres de forma formidable. Sin requisa, no se ha hecho conocido por esto, sino por sus seguidoras, que quieren librarlo de la condena a pena de homicidio o cautiverio perpetua.
En un bar conoció a Kristine donde mostró interés en ella y se fueron juntos, durante la oscuridad, Wade estranguló a la mujer en la cama mientras ella aún dormía.
Wade encontró en el camino de envés luego del crimen a Diane Ruiz, a quien se acercó preguntándole por una dirección, cuando la matriz de dos hijos estuvo cerca la atacó intentando estrangularla, creyendo que ya había perdido la vida la lanzó del coche, pero de pronto notó que Diane aún respiraba por lo que le pasó encima el coche 20 veces.
La defensa intentó sujetarse durante el sumario que Wade Wilson en que tiene una “mente enferma” y la “enfermedad de la yuxtaposición a las drogas”.
Su aspecto ha hecho que se comiencen a hacer montajes donde se le romantiza e incluso se le sexualiza.
El caso castellano de Daniel Sancho
Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, asesinó y descuartizó a Edwin Arrieta y luego se deshizo de los pedazos de su difunto. Un crimen atroz que, sin requisa, no ha espantado a las mujeres con esta filia.
“Lo pisaverde que está nuestro peque Daniel, ser tan guapi sí que es un delito”, “chiques, en breve nuestro peque en España”, “sé que nuestro peque es incapaz de matar. De hecho apuesto a que el cirujano estaba tan celoso que se desmembró a sí mismo para inculpar a Daniel y así arruinarle la vida”, son algunos de los mensajes que clubes de fans del hijo del actor publicaban en redes sociales.
“Les atrae la idea de volverlos buenos”
Este aberración psicológico ha sido motivo de estudio por los expertos en muchas ocasiones. La mayoría coinciden en los principios principales por los cuales una persona quiere tener una relación amorosa con un delincuentes.
Ana Isabel Gutiérrez habló hace unos meses para Espejo Notorio sobre este tema y aseguró que esto es más habitual de lo que la gentío cree: “Muchas de estas relaciones parten del pensamiento de que ‘yo voy a cambiar al malote del instituto y me atribuyo a mí misma el conseguir unos logros'”, explica.
La psicóloga forense Katherine Ramsland, ha escrito varios libros sobre asesinos en serie y ha entrevistado a mujeres que se habían casado con este tipo de perfiles criminales. La ‘BBC’ explica que Ramsland concluyó que todas creían que “con su acto sexual podrían elaborar a estos hombres malos”.
Coincide la psicóloga, sexóloga y antropóloga Blanca Torres Cazallas. Explicó al medio mencionado que “combinan la afección de verlos con tanta brutalidad y con tanta fuerza con el afán de conseguir que el hombre cambie”. “Les atrae la idea de que ellas los puedan liberar, que puedan sacarlos del mundo en el que están y volverlos buenos”, señala.
Este tipo de relaciones son tóxicas y pueden perjudicar a la persona que las vive, o adecuadamente de forma física porque el criminal le haga daño, o adecuadamente psicológica. Es importante tener en cuenta que lo ideal es perdurar relaciones emocionales sanas y responsables.
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