El «gastrojeta» de Alicante que comía con whisky doble acaba en la cárcel por reiteración de «simpas»


Siempre pedía para beber varios vasos de whisky White Label y ensalada de tapas rusas. Ahora se acabó la fiesta “simpa” para el conocido como el «Gastrojeta alicantina». Un lituano de 50 años fue detenido hasta en veinte ocasiones por no pagar la cuenta en restaurantes y cuyo modus operandi era siempre el mismo: fingía un infarto para no tener que pagar su bebida.

Como se informó A B CLa última vez fue en “El Buen Comer”, un establecimiento en pleno centro de Alicante, donde dejó una factura impagada de unos 35 euros. Este jueves fue juzgado por estos hechos en la Instrucción 9 de Alicante. Al finalizar la audiencia rápida, fue llevado a los juzgados 4 y 5, donde tenía cargos pendientes por hechos similares. El magistrado de este último decretó su detención provisional por reincidencia en un delito leve de hurto. No es la primera vez que este hombre ingresa en prisión ya que hace unos meses otro juez de Alicante ordenó de nuevo su ingreso.

La ‘gastrojeta’ ha acabado en la cárcel tras un recorrido por una veintena de bares y restaurantes de Alicante, donde se presentó con apariencia de turista ruso de alto poder adquisitivo pero a la hora de pagar la cuenta no pagó y acabó arrestado. De la comisaría salió a la calle y empezó de nuevo.

En el juicio de este jueves sostuvo, con ayuda de un intérprete, que no recuerda nada de lo ocurrido en el restaurante-tapería ‘El Buen Comer’. Sin embargo, cuando le preguntaron si había cometido este tipo de estafas antes sonrió y él afirmó que sí.

Imagen del gerente del restaurante ‘El Buen Comer’, Moisés Doménech

EFE

La gastrojeta alicantina se enfrenta ahora a una petición de multa de tres meses de diez euros al día y medio año de estancia fuera de “El Buen Comer”, de acuerdo con la petición del La oficina del fiscalque también te insta a pagar el billete de 34,85 euros.

Para el gerente del restaurante no es una pena, ya que el detenido creó una “escándalo” durante casi dos horas. En su intento de estafa, tras pedir un segundo whisky, interrumpió su paso por la puerta del establecimiento al caer al suelo para fingir que se encontraba mal. Sus últimas víctimas creen que la “gastrojeta” volverá a las andadas cuando recupere su libertad.

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