Perder a un inmaduro en la playa es una de las mayores pesadillas que tienen los padres cuando van a acontecer un día al mar. Para evitarlo en El Campello, Alicante, han ideado un sistema con pulseras para tener a los menores identificados en todo momento.
Mínimo más entrar a la playa las familias pueden solicitar esas pulseras en los puestos de socorrismo. El personal de socorro le colocará una pulsera a cada último donde figura el nombre y el número de teléfono del tutor. “No solo es para los niños sino incluso para gentío viejo con demencia, niños con evacuación especiales, niños con autismo o hiperactividad que es muy obvio que salgan corriendo” explica Miguel Atractivo Ñíguez, Coordinador de playas.
Cada playa tiene asignado un color. Si los socorristas ven a un último que no está con un adulto y tiene una pulsera del color de otra playa los socorristas ya saben que se ha perdido. “Así evitamos la angustia de los padres. Nosotros tenemos los datos del último y nos ponemos en contacto con los padres inmediatamente. Si el último está en un color que no le corresponde el socorrista se percata y ataja el problema en un abrir y cerrar de ojos”.
Las playas de El Campello tienen tres kilómetros de espléndido. Si se pierde un inmaduro es complicado emplazar rápido a sus padres. Pero con el sistema de pulseras colores es mucho más sencillo. Con solo un vistazo los socorristas pueden entender si un último se ha perdido. Y con el color de la pulsera es más obvio entender en qué sector de la playa están sus tutores.
Con este sistema los socorristas se pueden anticipar a los padres cuando los menores se pierden. Ya no tienen que esperar a que alerten de su desaparición. Si un socorrista ve a un inmaduro solo con una pulsera que no es de su zona ya sabe que se ha perdido. Con la información que figura en esa pulsera se puede emplazar a sus progenitores muy rápido.
Durante el verano es habitual acontecer tiempo en el foráneo, principalmente para los niños que están en momento de observar el mundo que les rodea, pero esto puede tener sus consecuencias. A veces tan solo hace yerro un segundo para perderles de olfato.
Una bebé muere en la playa
Una bebé de dos meses falleció hace unos meses correcto a un desprendimiento de rocas mientras se encontraba unido a su padre en la playa de Es Copinar, en Formentera. El trágico desnivel ocurrió más o menos de las 9:37 de la mañana cuando rocas de grandes dimensiones se desprendieron de una cornisa de arcilla y cayeron sobre el padre y su hija.
El padre, un hombre de 33 abriles de ciudadanía española, incluso resultó herido en el desnivel y fue trasladado al hospital de Formentera con pronóstico menos bajo. La superiora de la bebé no se encontraba en el superficie en el momento del desprendimiento.
La comunidad había escogido una zona al cavidad de una cornisa formada por material arcilloso, muy global en este punto del margen, para disfrutar del día de playa. En un momento legado, al menos una decena de metros de este material se desprendió en bloques compactos desde una prestigio de unos dos metros y cayó sobre el padre y su hija.
