En el antiguo Egipto, los cuerpos de los fallecidos se momificaban para conservarlos intactos para la vida eterna.
Durante los abriles, las personas se han sentido atraídas por la historia de Egipto. En la contemporaneidad se sigue visitando el país para ver los monumentos milenarios como las pirámides, unos monumentos funerarios en el que enterraban a los faraones. No solo es Cleopatra quien se conoce de la época de los egipcios. ¿Te suena la momia que grita? Expertos desvelan ahora el intriga.
Se ha descubierto ahora el secreto de la mujer momificada que grita, descubierta hace 89 abriles en Egipto. Su peculiaridad es su cara. 3.500 abriles luego de sucumbir, la momia mantiene intacta en la cara la expresión de un chillido. Un estudio de los investigadores de la Universidad de El Cairo y recogido por ‘EFE’ determina que tenía unos 48 abriles, no está clara la causa de su fallecimiento y fue embalsamada con esmero.
Los expertos analizaron la momia con las técnicas más avanzadas y han publicado sus resultados en ‘Frontiers in Medicine’. El equipo, dirigido por Sahar Salem, de la Universidad de El Cairo, utilizó diferentes tecnologías para diseccionar virtualmente la momia, calcular su existencia, identificar patologías y su estado de conservación.
Hasta 1998, la mujer que grita permaneció en la Escuela de Medicina Kasr Al Ainy de El Cairo. Ahora se puede examinar en el Museo Egipcio de El Cairo y desde 1935, el féretro y los anillos están expuestos en el Museo Metropolitano de Nueva York.
La momia de la mujer que grita
La momia fue descubierta hace relativamente poco, en 1935. Fue durante una expedición arqueológica para excavar la tumba Senmut arquitecto y supervisor de las obras reales, y, según se dice, amigo de la reina Hatschepsut (1479-1458 a.C.), en Deir Elbahari.
En ella se encontraron otras momias no identificadas, entre ellas, la momia de una anciana, con peluca negra y dos anillos de plata y oro. Pero lo que de verdad llamó su atención fue su rostro: tenia la boca abierta, como si estuvieran gritando.
Según los expertos, la mujer medía 1,54 metros, tenía aproximadamente de 48 abriles, -entonces una anciana- y sufría una artritis leve de la columna vertebral. Adicionalmente, le faltan varios dientes y otros estaban rotos, explica Saleem en un comunicado.
Los investigadores no encontraron una causa evidente de la homicidio y descartan que dejarle la boca abierta a la mujer fuera un descuido de los embalsamadores. “La expresión facial de chillido de la momia en este estudio podría interpretarse como un convulsión macabro, lo que implica que la mujer murió gritando de congoja o dolor”, explica Saleem.
¿Qué es el convulsión macabro? Es una forma rara de rigidez muscular, asociada a muertes violentas en condiciones físicas extremas y emociones intensas. Es más, la directora de la investigación asegura que no es la primera vez que se encuentran con poco así. Confirma que en otro estudio publicado en 2020 se habló sobre otro caso de una momia con la misma expresión facial hallada hace igualmente hace más de 3.000 abriles.
Los expertos de la Universidad de El Cairo creen que dejar a la momia con la boca abierta se hizo porque los embalsamadores así lo quisieron. Descartando, luego, que fuera un descuido.
Siquiera encontraron incisiones de momificación y, para su sorpresa, la momia conservaba el cerebro, el diafragma, el corazón, los pulmones, el hígado, el bazo, los riñones y el intestino, ya que el método clásico en el Reino Nuevo (1550-1069 a.C.) incluía la extirpación de todos estos órganos excepto el corazón.
“Aquí demostramos que fue embalsamada con un costoso material importado. Esto, y el aspecto aceptablemente conservado de la momia, contradice la creencia tradicional de que la no procedencia de sus órganos internos implicaba una mala momificación”, explican.
Las pruebas señalaron que la mujer fue embalsamada con enebro e incienso, materiales costosos que tuvieron que importarse a Egipto desde el Mediterráneo uruguayo y África uruguayo o el sur de Arabia, respectivamente.
Su madeja natural fue teñido con henna y enebro, adicionalmente la peluca, hecha de fibras de palmera datilera, fue tratada con cuarzo, calamita y cristales de albita, probablemente para deshumanizar los mechones y darles el color frito preferido por los antiguos egipcios porque representaba la lozanía.
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