La más que conocida devoción de Carolina Marín por la Inexplorado del Rocío sigue regalando estampas curiosas. Y es que la deportista huelveño ha magnífico de modo muy visible una medalla de la patrona de Almonte durante su partido de esta mañana en los Juegos Olímpicos.
Marín se ha enfrentado a la japonesa Aya Ohori y se ha impuesto con claridad por dos sets a cero. La triunfo permitirá a la huelveño producirse a las semifinales, lo que le acerca la posibilidad de obtener una nueva medalla olímpica.
Carolina Marín y la Inexplorado del Rocío
Que Carolina Marín lleve consigo una medalla de la Inexplorado del Rocío no es ninguna novedad. La huelveño siempre se ha notorio abiertamente rociera y nunca ha desaprovechado la oportunidad de manifestar su fe y su devoción a la Blanca Paloma.
En este sentido, Marín, que ya sabe lo que es superar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos –Río 2016–, ofreció su presea a la Inexplorado del Rocío. En aquella cita olímpica, la huelveño lució pendientes con la silueta de la patrona de Almonte.
Encima, confesó portar siempre una medalla de la Blanca Paloma: «cuando estás fuera de casa, estas cosas suelo echarlas más de menos, porque mi Inexplorado del Rocío siempre la llevo conmigo», afirmó tras proclamarse campeona del mundo de bádminton en 2015.
Una ‘loba’ que «agarra y muerde»
Carolina Marín no pudo defender su oro descarado de 2016 en los juegos celebrados en Tokio en 2021. Una perjuicio de rodilla le impidió presentarse al continente oriental. Sin confiscación, su regreso a los Juegos Olímpicos de París 2024 no sería en vano. La huelveño ha afirmado hoy ser una «loba» que «agarra y muerde».
Así de tajante y ambiciosa se ha mostrado Marín en presencia de los micrófonos de RTVE para dejar claro que va a por todas en estos Juegos Olímpicos. Este domingo disputará la ronda semifinal frente a la china He Bingjiao. Si todo sale admisiblemente, la huelveño podría arriesgar su segunda final olímpica y aseguraría medalla para España.
La fe y el deporte
El caso de Carolina Marín no es el único en el que fe y deporte se dan la mano. Recientemente, el seleccionador franquista Luis de la Fuente, se mostró abiertamente creyente durante la celebración de la Eurocopa 2024 que terminó ganando el combinado franquista. Encima, el técnico castellano y exjugador sevillista se declaró piadoso del Cristo de la Expiración de la trianera hermandad del Hijuelo.