El consumo de licor es un multiplicador causal en más de 200 enfermedades, traumatismos y otros trastornos de la vigor. Está asociado con el peligro de desarrollar problemas de vigor tales como trastornos mentales y comportamentales, incluido el dipsomanía e importantes enfermedades no transmisibles tales como la cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
De todas las muertes atribuibles al licor -unos tres millones al año en el mundo- el 28% se debieron a lesiones como las causadas por accidentes de tránsito, autolesiones y violencia interpersonal; el 21%, a trastornos digestivos; el 19%, a enfermedades cardiovasculares, y el resto, a enfermedades infecciosas, cánceres, trastornos mentales y otras afecciones.
Cuando se bebe, la anciano parte del licor ingresa al torrente sangriento a través de la membrana mucosa del estómago y los intestinos. Hoy en día, sus consecuencias son indiscutibles. No hay consumo sin peligro, ni el intrascendente consumo. Por este motivo, acortar los daños a la vigor causados por el licor es un objetivo de diferentes grupos científicos. Es el caso de investigadores de la ETH (Escuela Politécnica Federal) Zurich (Suiza) que han desarrollado un gel de proteínas que descompone el licor en el tracto gastrointestinal. En un estudio publicado recientemente en la revista “Nature Nanotechnology”, demuestran que, en ratones, el gel convierte el licor de forma rápida, eficaz y directa en ácido acético inofensivo antaño de entrar en el torrente sangriento, donde normalmente desarrollaría sus enseres intoxicantes y nocivos.
Reducción a la fracción
En concreto, el gel reduce los niveles de licor en mortandad hasta en un 50 por ciento y protege al cuerpo de daños. “El gel traslada la descomposición del licor del hígado al tracto digestivo. A diferencia de cuando el licor se metaboliza en el hígado, no se produce acetaldehído nocivo como producto intermedio”, explica el profesor Raffaele Mezzenga del Laboratorio de Alimentos y Materiales Blandos de la ETH Zurich. El acetaldehído es tóxico y es responsable de muchos problemas de vigor provocados por el consumo excesivo de licor.
En el futuro, el gel podría tomarse por vía vocal antaño o durante el consumo de licor para evitar que aumenten los niveles en mortandad y que el acetaldehído dañe el organismo. A diferencia de muchos productos disponibles en el mercado, el gel combate no sólo los síntomas del consumo nocivo de licor, sino además sus causas.
Sin confiscación, el gel sólo es eficaz mientras haya licor en el tracto gastrointestinal. Esto significa que puede hacer muy poco para ayudar con la intoxicación por licor, una vez que el licor ha pasado al torrente sangriento. Siquiera ayuda a acortar el consumo de licor en común. “Es más saludable no soplar licor en total. Sin confiscación, el gel podría ser de específico interés para las personas que no quieren dejar el licor por completo, pero siquiera quieren desempeñar presión sobre su cuerpo y no buscan activamente los enseres del licor”, señala Mezzenga.
¿Cuáles son sus ingredientes?
Los investigadores utilizaron proteínas de suero comunes para producir el gel. Los hirvieron durante varias horas para formar fibrillas largas y delgadas. Amplificar sal y agua como solvente hace que las fibrillas se entrecrucen y formen un gel. La delantera de un gel sobre otros sistemas de oficina es que se digiere muy lentamente.
Pero para descomponer el licor, el gel necesita varios catalizadores. Los investigadores utilizaron átomos de hierro individuales como catalizador principal, que distribuyeron uniformemente sobre la superficie de las largas fibrillas de proteína. “Hemos sumergido las fibrillas en un baño de hierro, por así decirlo, para que puedan reaccionar eficazmente con el licor y convertirlo en ácido acético”, afirma el investigador de ETH Jiaqi Su, primer autor del estudio. Se necesitan pequeñas cantidades de peróxido de hidrógeno para desencadenar esta reacción en el intestino. Estos se generan mediante una reacción previa entre carbohidrato y nanopartículas de oro. Se eligió el oro como catalizador porque el metal precioso no se digiere y, por lo tanto, permanece eficaz durante más tiempo en el tracto digestivo.