Moisés, el policía nacional jubilado que lucha contra «gigantes»


Moisés deje muy deprisa. A veces, se frena y rebobina, como las viejas cintas de casete, mientras relata la lucha que ha iniciado en los tribunales contra «gigantes», como los claridad, en el interior de un cuerpo que sigue siendo el suyo, la Policía Doméstico, aunque lo jubilaron hace menos de un año. «No hay efectivo suficiente para satisfacer por todo lo que he pasado», afirma. Se refiere al acoso sindical que denuncia que sufrió en las comisarías valencianas de Alzira-Algemesí y Xátiva entre 2015 y 2023.

«Yo exploto a finales del verano de 2022», explica a torrevieja news today, «porque me decían que se presumía que simulaba las lesiones que padecía cuando yo estaba de depreciación sindical. ¡Pero luego me tuvieron que negociar de la espalda, del hombro..! Y, claro, he estado siete abriles aguantando una presión y unas injusticias por parte de algunos de mis jefes que yo me las guardaba. ¡Me guardaba todo!». Lo cuenta sin pestañear conexo a su mujer, a la que agradece que él siga aquí, porque ella tuvo que esconderle sus armas reglamentarias hasta que se las retiró la Policía. Y asimismo le dio un consejo: «Si quieres hacer poco, lo hacemos por la vía lícito».

A Moisés le brotan entonces unas palabras de una psicóloga del instituto armado: «Si tu cura está en hacer conciencia, delante; pero ten presente que vas contra Goliats». Y él asimismo recuerda perfectamente lo que le respondió: «Lo sé, pero David venció».

Posteriormente de meses recopilando documentación, el 28 de marzo se admitió a trámite su querella de unas 800 páginas presentada contra vigésimo personas relacionadas con la Policía Doméstico, entre ellas antiguos y actuales mandos. Desde entonces, el Curia de Instrucción número 2 de Valencia investiga si es cierto lo que Moisés y su abogado, Carlos Catena, relatan detalladamente por escrito.

Los delitos que figuran son numerosos, cerca de una veintena: acoso sindical, prevaricación, falsedad documental, revelación y descubrimiento de secretos, coacciones, tráfico de influencias, lesiones psicológicas o contra la facilidad sindical. Porque Moisés fue delegado del sindicato ASP durante más de siete abriles -«liberando solamente un día», puntaliza-, pero niega que todo esto sea una venganza. «Aunque he sufrido mucho por infracción de todos ellos, asimismo existen personas maravillosas en el interior de la corporación policial, tanto jefes como compañeros. No quiero criminalizar a todos los jefes por igual», replica el agente retirado, quien continúa en tratamiento psiquiátrico.

Moisés cita por sus nombres y apellidos los mandos y facultativos médicos que «peor se portaron conmigo», como sus antiguos jefes José Antonio Martínez (ya retirado) y Carlos Julio San Román (actualmente, responsable de la comisaría provincial de Toledo). Además deje de los médicos Carlos Godas y Alfonso Rodríguez-Palancas (psiquiatra), jefes del Campo de acción Sanitaria y Jerarca del Campo de acción de Salubridad Mental de la Policía Doméstico, respectivamente.

Luego en la amplia querella se desgrana los delitos que supuestamente habrían cometido cada una de las personas denunciadas por Moisés, quien atesora 47 felicitaciones públicas de la Dirección Militar de la Policía y dos menciones honoríficas, en 2008 y 2011.

Esas cifras son destacadas por su abogado en la denuncia, ya que su cliente recibió 33 felicitaciones públicas hasta que comenzó su primera depreciación psicológica, en 2015. Sin secuestro, el número se redujo «extrañamente» y «notablemente» desde su reincorporación en 2016 hasta 2021. Dos abriles luego, el 5 de octubre de 2023, ya fue retirado de guisa definitiva como policía.

Pero poco se ha progresista desde que se admitió la querella. Hasta el 31 de julio, Moisés y su abogado aseguran que en el curia no se tenían informativo de que la Dirección Militar de la Policía hubiese remitido la documentación que la jueza solicitó hace cuatro meses. «Ojalá se haga conciencia y que nadie pase por donde yo tuve que advenir… No hay que tener miedo por muchos galones que lleven en el hombro», dice el policía retirado que lucha contra «gigantes».

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