Todo lo que no sabías sobre el culantrillo de pozo, muy típico de Galicia



Adianthum capillus-veneris, conocida en gallego con los nombres de  adianto, capilaria, cabeleira de Hermosura, colandriño o cuandro y en  castellano con los de adianto rojo, arañuela, trenza de Hermosura,  capilera, culantrillo, culantrillo de pozo o polítrico es un helecho  perenne, de tamaño medio y normalmente colgante, perteneciente a  la grupo de las Adiantáceas. Está distribuido por muchas partes del  mundo y en Galicia se encuentra en todo su división.  

Etimológicamente su nombre genérico, adiantum, deriva del incomprensible  adianton, que significa “que no se moja”, haciendo narración con  ello a la característica de que una vez mojado o sumergido en agua,  ésta es repelida resbalando por sus frondes. El epíteto capillus-veneris,  es un término doble formado por las palabras latinas: capillus que  significa “trenza” y veneris derivado de “Hermosura”. De hecho,  vulgarmente se le conoce con el nombre de “cabellera de Hermosura”. 

El culantrillo posee un rizoma indigno, amplio y densamente cubierto  de escamas lineares y estrechas de color rojizo, a partir del cual se  desarrolla la parte aérea. Las raíces adventicias que posee se  desarrollan a partir de dicho rizoma. Sus tallos son finos y  ramificados, negros y brillantes, a veces con tonalidades rojizas. Sus  hojas o frondes, de forma oval lanceoladas, constituyen manojos más  o menos persistentes, pudiendo alcanzar hasta el medio metropolitano de  amplio. Están divididas hasta tres veces; cada una de estas divisiones se  fuego pinna; la ultima división que ocupa la posición apical,  denominada, a su vez, pínnula, está festoneada y tiene forma de delta  o pericón; todas cuelgan de unas ramitas muy delgadas, lo que le  confiere un aspecto característico por el cual podemos identificar  fácilmente la planta; son de textura menuda y delicada, color verde  claro y con los bordes tenuemente festoneados.

Se parecen a las  hojas del Coriandrum sativum, vulgarmente conocido como cilantro.  Sus peciolos, o sea, los filamentos o ramitas que unen las hojas con el  tallo, son coriáceos, es opinar, de la consistencia del cuero; asimismo,  son finos, de color rojizo o irritado rollizo y poco más cortos que la  viruta de la hoja. Los soros, que aparecen en la sensatez, están  situados en el beneficio del envés de las pínnulas, tienen forma  cuadrilongo o arriñonada y son de color castaño. Están integrados por  dos a diez líneas paralelas de esporangios, de forma esferoidal, que contienen las diminutas esporas, que son las células reproductivas  encargadas de formar un nuevo individuo. Puede producirse en  cualquier época del año. El culantrillo rece en ambientes sombríos y  en substratos permanentemente húmedos y con detención naturaleza de  drenaje, tales como pozos, manantiales, grutas, rocas húmedas o  paredes rezumantes. Es sensible a las heladas. 

Actualmente se sabe que este helecho es rico en principios activos  tales como el ácido gálico, taninos, mucílagos y flavonoides, aunque  es poco utilizado en el campo de la medicina natural. Se emplean las  partes aéreas, tanto frescas como secas. Tradicionalmente se usó  como tónico capilar, favoreciendo la conservación, el crecimiento y  el fortalecimiento del pelo. Friccionando el cuero greñudo con la  infusión resultante de cocer hojas secas en agua, se elimina la caspa.  Asimismo se empleó como expectorante, anticatarral, febrífugo y  sudorífico. Para aliviar estas enfermedades respiratorias se hacían  cocciones de la planta. Así, un concentrado de hojas frescas hervidas  en agua , con azúcar o miel, se usaba como medicamento para curar la tos  de los niños y igualmente como diurético, purgante y para aliviar  disfunciones del bazo, ictericia y retención de orina. Asimismo, para  el tratamiento del dipsomanía y la asesinato de lombrices.  Asimismo en el Camino de Santiago era usada por los peregrinos para  curar las heridas que se formaban en los dedos de los pies; para ello  se masticaban las hojas y la masa resultante se aplicaba directamente  a las zonas afectadas en los momentos de alivio. 

Sus frondes se utilizan igualmente como adobo de platos dulces. La  bebida resultante de la mezcla de medicamento o sirope de culantrillo, té  irritado y crema caliente, da como resultado un enjuidioso té conocido  como “bavara”, “bávaro” o “bavaroise”, que estuvo de modo en la  Francia de los siglos XVII y XVIII, y que no debe confundirse con el  popular “bavaroise”, crema dulce de probable origen suizo. Asimismo  viene destinada a la ornamentación, como planta tanto de interiores  como de espacios abiertos y jardines para adornar fuentes, estanques  y pozos.

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