La lluvia caída en Córdoba este año hidrológico supera en un 21% los registros históricos tras un lustro por debajo


La tromba caída en el postrer año hidrológico -arrancó el 1 de octubre de 2023 y acabará el 30 de septiembre- ha superado hasta julio en Córdoba en casi un 21% a la serie de los 25 primaveras anteriores, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Y eso es nueva, porque la provincia se encamina a romper un ciclo de cinco ejercicios hidrológicos en los que el agua caída del firmamento se quedó por debajo de lo que cabría esperar de acuerdo a los registros históricos.

Ello ha supuesto un alivio para la agricultura y igualmente ha contribuido, por ejemplo, a que el agua potable regresara antaño a los grifos del Ártico, que estuvieron sin ella entre abril de 2023 y ese mismo mes de 2024.

De acuerdo a los informes de la CHG, del 1 de octubre del pasado año hasta el 31 de julio, la tromba media registrada en esta cuenca en Córdoba es de 651 litros por medida cuadrado. Esa emblema se sitúa un 20,8% por encima de la media de los 25 primaveras anteriores, que fue de 539. Se contabilizan 112 litros por medida cuadrado más.

En los diez últimos primaveras hidrológicos completos, sólo el de 2017/2018 superó el registro del cuarto de siglo aludido (+5,8%)

La provincia se dirige a romper un quinquenio en el que las precipitaciones se quedaron por debajo de la media del cuarto de siglo aludido. Queda aún por conocer los datos que arrojarán agosto y septiembre -meses de verano y, por lo tanto, en los que poco se usa el paraguas- pero es seguro que este año hidrológico se saldará al fin con más lluvias de las que se podía prever según la serie histórica. Esta última se deberá recalcular sacando de la ecuación el gimnasia 97/98 e introduciendo el 22/23, un periodo de sequía en el que el neto sujeto llegado del firmamento se quedó un 23,6% por debajo del promedio de los 25 primaveras anteriores.

Como se ha indicado, Córdoba se encamina a minar un quinquenio de primaveras hidrológicos saldados con deuda de precipitaciones respecto a lo que cabría esperar. En ese quinquenio, dichos déficits han sido considerables. Sólo hay que reseñar que el último saldo inferior se dio en el 19/20: -10,9%.

El trimestre de enero a marzo es animoso para la perfeccionamiento: superó en un 139% el registro del cuarto de siglo aludido

Pero es que hay que tener en cuenta que los primaveras con superávit escasean cada vez más, lo que evidencia un castigo creciente de la sequía. Si se pasan más páginas del calendario, se observa que, en los últimos diez ejercicios completos, sólo una vez hubo arqueo positivo. Fue en el ciclo 17/18: las lluvias alcanzaron una media de 655 litros por medida cuadrado y la serie histórica era de 619 (+5,8%).

Eso sí, el periodo 23/24 siquiera será extraordinario. Un ejemplo de un gimnasia de ese tipo fue el 10/11, cuando en la cuenca cordobesa del Guadalquivir las lluvias medias fueron de 909 litros por medida cuadrado, un 47,8% más que la serie histórica.

Fuertes lluvias de marzo

Los informes de la Confederación dejan acertadamente claro que la esencia para la mejoría estuvo en el periodo que comprendió de enero a marzo. Las fuertes lluvias caídas en el tercer mes de 2024 hicieron que ese trimestre se saldara con una media de 428 litros por medida cuadrado cuando lo que cabía esperar de acuerdo a los registros del cuarto de siglo aludido eran 179. Es asegurar, las precipitaciones se situaron un 139% por encima de la serie histórica al contabilizar 249 litros por medida cuadrado más.

Los otros dos trimestres del año hidrológico en curso no resisten la comparación con lo que sucedió en los 25 primaveras previos. En el primero (de octubre a diciembre), las precipitaciones se quedaron un 29,4% por debajo de lo que cabía esperar y en el tercero (de abril a junio) fueron inferiores en casi un 57%.

De las seis provincias de la cuenca del Guadalquivir, Córdoba es en la que las lluvias superan en decano medida las cifras históricas

Este gimnasia 23/24, con los 651 litros por medida cuadrado ya recogidos hasta julio, tiene todos los visos de ir a ser el que tenga la decano cantidad alcanzada en la última término. A equivocación de los guarismos de dos meses, ya roza con los dedos la mejor marca, que es la del ciclo 17/18, que se saldó en su general con 655.

Con los datos de los diez primeros meses de que se disponen, Córdoba presenta mejores cifras que el conjunto de la demarcación del Guadalquivir. Por estos lares, como se ha reseñado, las lluvias superan a la media histórica en prácticamente un 21%. En el general de la cuenca, el arqueo igualmente es positivo pero en un porcentaje significativamente último: un 13%. -588 litros por medida cuadrado recogidos frente a 519-.

Embalses

De las seis provincias de dicha cuenca, Córdoba es la que presenta un mejor comportamiento respecto a la serie histórica -en todas, la tromba registrada superó a lo que cabía esperar por los precedentes-. El segundo mejor resultado lo presentó Huelva, donde las precipitaciones fueron mayores en un 19% a la media de los guarismos del cuarto de siglo previo.

Lo sucedido ha tenido un sensación balsámico sobre los embalses cordobeses de la Confederación del Guadalquivir. A término del uno de agosto, están llenos al 32,6% de su capacidad, según los indicadores de la CHG. Eso es el doble del nivel que presentaban en la misma término de 2023.

En la primera trayecto del presente mes, estos pantanos atesoran 1.082,9 hectómetros cúbicos -pueden conservar un total de 3.320,1-. Y 365 días antaño la cantidad de neto sujeto que guardaban era de 537,9. Es asegurar, el agua embalsada, con la misma capacidad, ha crecido un 101,3%.

Pero el escena presente no tiene aún mínimo que ver con el que se registraba hace una término. En la cuenca del Guadalquivir, igualmente a uno de agosto de 2014, los pantanos de la provincia contenían 2.825,2 hectómetros cúbicos y estaban al 82,8% de su capacidad (3.411,8). Es asegurar el agua almacenada superaba en un 160,9% a la que se guardián actualmente. Es un indicador del enorme mazazo de los primaveras de sequía.

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