En esta ocasión, los pulpeiros de la villa del Arenteiro se habían propuesto preparar un total 590 kilos en un plato de madera de enormes dimensiones, 5,37 metros de diámetro, enclavado frente al consistorio desde por la mañana.
Centenares de vecinos se dieron cita con adelanto sobre la hora marcada, las 19,30 horas, expectantes en torno a ese plato coloso. Y es que nadie se quiso perder una de las mayores atracciones de la la semana de la Festa do Pulpo.
El sonido de las gaitas allí presentes marcó el inicio en la Praza Maior de la frenética movimiento de los pulpeiros que, con su diplomacia transmitida de gestación en gestación, trabajaron en equipo con el fin de revolver su propia marca.
Como ya es tradición, Francisco Fumega, el corregidor de la billete, colaboró con los pulpeiros echando una mano como uno más. Incluso colaboró una delegación italiana arribada de Noventa Padovana, una villa próxima a Venecia que está hermanada con O Carballiño, y en la que celebran la “Fiera del Polpo”.
Una tapa de pulpo de récord mundial
Al final se trocearon 10 kilos más que el año pasado gracias a la calado incansable de una treintena de expertos picadores, requisito indispensable para revolver su récord año tras año. O Carballiño ostenta esta marca a nivel mundial desde 2010, y ha ido subiendo el listel de forma ininterrumpida.
Si en aquella ocasión “solo” se cortaron 126 kilos sobre un plato de 2,20 metros, este martes se despacharon 450 kilos más en un plato con más de tres metros de diámetro de diferencia. En su preparación se emplearon un total de 50 litros de óleo de oliva, siete kilos de sal y tres de pimentón dulce y picante.
Degustación colectiva de pulpo
Tras la satisfacción por conquistar una vez más esta plusmarca única en el mundo, vecinos, turistas y cuantos se desplazaron hasta O Carballiño procedieron a desgustar el pulpo.
A las tapas de pulpo que se sirvieron a cambio de una módica cantidad no les faltó un buen pan, en este caso de la Indicación Xeográfica Protexida Cea. Encima, todos los platos se acompañaron asimismo de caldo del Ribeiro y además de un postre, tarta larpeira.
Por si todo esto fuera poco, los comensales pudieron robar a casa dos memorias de la correr vivida en O Carballiño: el plato de madera en el que comieron el pulpo y una pulserita conmemorativa del récord y de este evento único.
Pese a la ingente cantidad arreglado, finalmente se repartieron todos y cada uno de los kilos de pulpo preparados.