«Debería pedir las actas a Maduro»


Estados Unidos, la Unión Europea, el Conjunto de Puebla, la mayoría de gobiernos de América Latina,… Cada día crecen las voces que piden al Gobierno de Venezuela que haga públicas las actas de las elecciones celebradas hace ya más de una semana. Pero en medio de todo este clamor internacional claridad la atención un silencio, el del expresidente del Gobierno gachupin José Luis Rodríguez Zapatero, que acudió al país como observador internacional y nadie se sabe de él desde entonces. Tras los rumores sobre su paradero, fuentes de la Control Civil han confirmado a torrevieja news today que se encuentra en Lanzarote pasando las receso, pero ni allí ni en ningún otro puesto se ha pronunciado sobre Venezuela.

Este mutismo empieza a poner nervioso a un sector del PSOE, sobre todo a posteriori de que el Ejecutante de Pedro Sánchez suscribiera una proclamación unido a los líderes de otros seis países europeos sumándose a la demanda de las actas electorales a Nicolás Juicioso y condenando cualquier amenaza a políticos venezolanos de la examen.

El primero en denunciarlo ayer públicamente fue el asimismo expresidente del Gobierno Felipe González, que reprochó a Zapatero que sea el único elemento del Conjunto de Puebla –un espacio que reúne a exmandatarios y políticos de centro izquierda de Iberoamérica– que sigue sin sumarse a la petición de las actas. Aunque González evita confrontar directamente con su compañero de partido, sí que incide en señalar lo vistoso de su silencio frente a las voces que, como él, luchan por la «recuperación de las libertades» en Venezuela.

«Los demás que asuman su responsabilidad», dijo sobre Zapatero por asistir como observador a unas elecciones cuyo resultado y garantías pone en duda, informa Ep. De hecho, recuerda que el propio Zapatero presume de conocer «mejor que nadie» lo que ocurre en Venezuela y aplazamiento que pueda sostener lo mismo interiormente de unos abriles, que entonces no diga «yo de esto no sabía nadie».

Esta sensación es compartida por parlamentarios y exparlamentarios socialistas, que evitan murmurar directamente a Rodríguez Zapatero pero creen que cada vez es más apremiante que se pronuncie a cortesía de la transparencia en Venezuela, sin que eso suponga necesariamente atacar al régimen de Juicioso. «Yo esperaría de Zapatero que saliese y no ratificase los resultados, sino que demandase veterano transparencia», reconoce una exdiputada socialista que cree que ahora mismo es «impracticable» defender la talante del Gobierno de Juicioso. A su litigio ahora mismo hay una «mancha total» sobre los resultados y eso exige un paso al frente. «Ya que te has implicado, poco tendrás que sostener del proceso», insiste.

Otro socialista cree que la talante de Zapatero puede entenderse como «un silencio cómplice» y pone por otra parte «en una situación comprometida» al Gobierno de Sánchez. El problema está, a litigio de algunos socialistas, en la dificultad de separar entre los papeles de Zapatero como ciudadano particular y como expresidente, por lo que lo «deseable» sería que la política exógeno de quienes ocuparon el Palacio de la Moncloa estuviese alineada con la del Ejecutante; o al menos no en directa contradicción. No creen sin retención que el Gobierno vaya a desautorizarle públicamente, sobre todo teniendo en cuenta el peso que tuvo para empujar la campaña de Pedro Sánchez en las últimas elecciones generales, que podría retornar a escasear apelar a él en el futuro.

En cualquier caso, sí que creen que este proscenio puede portear un «desgaste» para Sánchez y asimismo para la imagen de Zapatero. «Se ha posicionado de modo muy marcada a cortesía de una transición y una posibilidad pacífica en Venezuela, ahora es muy difícil apoyar unos resultados electorales que adolecen de una errata total de transparencia», subraya otra socialista, que insiste en que durante mucho tiempo el expresidente ha acompañado al Gobierno venezolano en un periodo de transición pero ahora se ha llegado a un punto en el que la exigencia de explicaciones es ineludible.

Felipe González es más directo en este sentido y reivindica que la demostración del resultado electoral de Venezuela debería realizarse mediante una estructura internacional independiente. El que fuera primer inquilino del PSOE en el Palacio de la Moncloa pide por otra parte que esto se haga pronto porque, avisa, hay aventura de que el Gobierno de Nicolás Juicioso quiera alterar el sistema «certificación a certificación» mediante un reunión chino.

Camino a La Haya

En caso de que Juicioso no acepte estas vías democráticas, González le señala directamente el camino en torno a el Tribunal Internacional de La Haya: «No estoy proponiéndolo ni deseándolo, lo que digo es que hay un camino de reconciliación doméstico aceptando la verdad de los resultados y verificándola con masa independiente y hay otro camino que es una denuncia, que cada día se consolida más, de delitos de violación de derechos humanos y de lesa humanidad».

No fue tan allá ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, quien insistió en pedir públicamente las actas al Gobierno venezolano tras una conversación con su homólogo brasileño, Mauro Vieira. «Es imperativo que se entreguen las actas para cachear los resultados electorales y se respeten los derechos fundamentales», reivindicó el principal de la diplomacia española en renglón con lo defendido durante la última semana.

Lo que no han hecho de momento ni el Gobierno gachupin ni la Unión Europea es cachear a Edmundo González como presidente, poco que sí ha hecho Estados Unidos. Felipe González siquiera va tan allí de momento: «Lo que me importa es que exijan que se contrasten los resultados electorales, ese es el punto leve, no quiero ir más allí».

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